Dolato Revista de relatos los domingos. Este año
2 febrero 2014
que
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valía.
A
veces se me ocurrían cosas interesantes. Pensaba en lo bueno que sería estar ahí
metida, en el calor ese, en aquello que me parecía tranquilo y con olor a protección: una mezcla
entre pis tocado, detergente que no suena a esa
palabra, sino que suena bien, y piel caliente.
Cuando pensaba esto me sentía bien, e intuía
que entonces nada podría perjudicarme, dentro
de las fronteras de mi propia casa, que la
construiría allí en la entrepierna, en el rincón salvaje, en la amplitud mental, en el retiro presente.
A veces se me ocurría que estar ahí metida era
verme verdaderamente, y que solo necesitaría un
lugar así para amanecer con una sonrisa, y pasar
días con ritmo paseante, con elegancia ajustada,
con alegría rizada; y noches de humo fresco de
estrella amarilla, de polvo en las sábanas, de
elevaciones a las tres de la mañana.
El viaje que decidí hacer hasta el lugar fue fácil
porque solo tuve que agacharme. Pensar en estar ahí, en ese paraíso de hierba negra y cielo de
cuadros de algodón, me hacía relajarme y soñar
era fácil. A veces nos atormentamos con demasiados temores, cuando la verdad de uno mismo
solo está en casa, donde se desnuda y se desea.
Cuando todo es casa, todo es hogar. Cuando
nada es casa, nada está vivo. Yo solo quería estar
en mí, no en el planeta Wisifredo, y digo este nombre solo
porque me suena lejano. A pesar de mi forma humana, decidí
empequeñecerme para poder estar ahí metido, ahora soy un
tío. Decidí que era la manera en la que quería vivir; porque
hacerse pequeña no quiere decirlo mentalmente, esto no es
una metáfora. Dios no se mide por el tamaño. Dios no existe,
pero no es porque no le veamos. Lo único que me apenaba y
asustaba un poco era seguir pensando desde otra perspectiva... ¿Y si no funcionaba? ¿Y si echaba de menos los abrigos?
Sabía que ser pequeña en un mundo así, grande, traería sus
problemas; pero de todas formas con que se me echara una
pequeña mano, valía. Solo tenía que hacer las comidas y con
que recolectara algo nutritivo por los alrededores, un ombligo, valía... Bañarme cuando se bañara mi hogar; eso sí,
agarrándome bien al manillar... Y dormir cuando mi casa
estuviera horizontal... También podr