que nosotros, también podrían estar equivocados en alguna de sus
ideas, porque solo las ideas correctas son perfectas no las perso-
nas. También existen quienes se intentan beneficiar de la supuesta
infalibilidad de estos profetas o filósofos, pues defienden la tal
infalibilidad con el interés injusto y egoísta de manipular a las
personas y negarles la libertad de pensamiento en su propio bene-
ficio, esto es lo que hacen con frecuencia las cúpulas religiosas y
es un auténtico atentado contra la libertad de pensamiento de los
ciudadanos. Esto lo que demuestra es que no se debe de juzgar
como malas a las religiones o a los librepensadores que las crea-
ron, porque lo verdaderamente malo es servirse de esos filósofos
para manipular y utilizar a la sociedad negándoles el derecho a
disentir, porque se debe dar el mismo derecho al resto de las per-
sonas para pensar con libertad o a cuestionar a estos filósofos si lo
creen oportuno, pues el progreso consiste en un debate permanen-
te en el que las ideas correctas permanecen y las equivocadas son
eliminadas, pero para ello es necesario no aceptar como infalible a
ninguna persona, porque entonces no sería posible mejorar sus
ideas. Una religión es en realidad una filosofía basada en una re-
copilación de idea y destinada a mejorar a las personas, pero es un
grave error pensar que por mucho que se tenga fe en ella o en
quien la creo no pueda ser cuestionada, pues quien afirma tal cosa
está negando a sus seguidores la posibilidad de mejorarla, por lo
tanto solo las ideas y no las personas pueden ser consideradas per-
fectas pues una idea puede ser verdadera, pero una persona con-
tiene en su interior muchas ideas en las cuales unas serán verdad
pero otras no. La religión verdadera será sin duda aquella que
considere como fundamental garantizar la libertad de pensamiento
de forma que cualquier filósofo o profeta pueda ser cuestionado
con el fin de mejorar sus enseñanzas, porque es nuestra capacidad
para disentir lo que nos acerca a Dios.
Con respecto a la posible influencia de seres superiores en nuestro
planeta hay que señalar que es razonable pensar que en el univer-
so puedan existir multitud de mundos habitados más evoluciona-
dos que el nuestro, y es razonable pensar que en cualquier mo-
mento, en nuestro pasado, estos seres hayan podido entrar en con-
tacto con nuestro planeta, y como consecuencia de ello se hayan
podido plantear transmitir algunos de sus conocimientos a noso-
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