ración mucho mayor, de este modo su forma de consumir energía
sería inversamente proporcional al método anterior.
También es importante señalar que en esta fase de la evolución
humana las cantidades de energía necesarias para la vida serían
mucho menores que al principio, por ser muchos los sistemas de
ahorro de energía que se podrían utilizar. Además, los sistemas
existentes para aprovechar la energía que llega por si sola a los
planetas podrían ser más eficaces que en el pasado. Debido a esa
mejor capacidad para aprovechar la energía se podría conseguir
entre diez y cien veces más energía que lo que se conseguía con
los métodos iniciales. Se podrían utilizar métodos como recoger
la energía desde un anillo de satélites recolectores en órbita alre-
dedor de los planetas. O instalar un gran número de paneles sola-
res en una amplia parte de la superficie planetaria. También se
podría extraer la energía del interior de los planetas mediante el
uso de tubos de grandes dimensiones que transportarían gases ha-
cia el núcleo planetario más caliente, estos gases al calentarse as-
cenderían y accionarían unos generadores produciendo electrici-
dad. De este modo el paso de las estrellas al estado de enana blan-
ca no significaría necesariamente su final, sino solo el comienzo
de una nueva etapa más larga en la que la civilización simplemen-
te tendría que aumentar su ingenio para adaptarse. Otra forma de
conseguir energía sería utilizar la energía nuclear, pero yendo más
allá de lo logrado hasta el momento, es decir transformando la
materia para que esta sea fisible y por lo tanto útil para producir
energía, o también utilizando la energía termonuclear contenida
en los gases de los grandes planetas, si esto fuera posible. Es cier-
to que la energía solar y sus derivados es la forma ideal de conse-
guir energía, pues es más natural y segura, pero esta sería una op-
ción posible en el caso de que la energía del sol ya no fuese via-
ble. También considero discutible la afirmación de algunos cientí-
ficos que creen que la fase de gigante roja a la que previsiblemen-
te llegan las estrellas en la fase anterior a la de enana blanca im-
plique la destrucción de los planetas más cercanos al sol, puesto
que de darse una dilatación tan grande en la superficie de la estre-
lla es probable que la densidad resultante en su parte más externa
no fuera lo suficientemente consistente como para ser capaz de
alcanzar tal resultado, hay que tener en cuenta que en esa fase de
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