También sería posible garantizar por parte del estado la obtención
de una vivienda, pues al existir pleno empleo y un número de ha-
bitantes siempre fijo sería fácil proporcionar una en forma de al-
quiler barato o compra con préstamo garantizado, pues al no faltar
el empleo el pago de la vivienda sería seguro y de este modo to-
dos los jóvenes podrían independizarse una vez cumpliesen la
mayoría de edad.
Una sociedad solo puede ser perfecta cuando la democracia es
real y no fingida como la actual, pues los políticos únicamente re-
curren a los ciudadanos para elegir a sus líderes cada cuatro o cin-
co años y estos ciudadanos creen ingenuamente que eso es lo jus-
to, porque desde su tierna infancia se les inculca en el colegio que
este sistema político corrupto en el que vivimos es una democra-
cia, pero la auténtica democracia es aquella en la que todas y cada
una de las leyes son votadas de forma individual por los ciudada-
nos, esto se podría hacer fácilmente con un formulario a través de
internet. Pero esos políticos, falsos demócratas, que indultan a
otros políticos ladrones todos los días, por supuesto no quieren
perder sus privilegios y por eso no lo proponen, porque este mo-
delo de falsa democracia que nació en Grecia en el año 508 a. C,
tenía como único fin satisfacer los deseos de la nueva clase em-
presarial que representaban los marinos, alfareros e industriales de
todo género contra los privilegios de la aristocracia terrateniente,
y se apoyaron en el pueblo para conseguir el poder necesario pero
sin estar dispuestos a compartirlo con él. En época más reciente se
repitió una situación similar con la guerra civil inglesa de 1642
época en la que comenzó la llamada democracia actual, la gente
debería preguntarse por que existen en la misma época las dicta-
duras y las mal llamadas democracias, la razón es muy simple y
es que son sistemas políticos análogos, pues en ambos casos se
afirma estar en un sistema igualitario que garantiza las libertades
cuando eso no es verdad, pues en ambos casos el acceso del pue-
blo al poder es indirecto y simbólico. No se puede negar que el
progreso hacia la democracia representa un avance para la socie-
dad, pero siempre y cuando se complete y se entregue el poder al
pueblo mediante el reconocimiento de este a decidir todas y cada
una de las leyes.
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