Mis ideas filosóficas | Page 33

LA MISERIA DEL NACIONALISMO Hoy en día son cada vez más comunes los partidos políticos na- cionalistas, esos partidos basan sus argumentos en fomentar el odio contra los estados como forma de conseguir seguidores. En realidad utilizan la misma técnica que las sectas destructivas, ha- lagan a sus seguidores haciéndoles creer que todos los males pro- ceden de los demás y que todas las virtudes las tienen ellos, acu- san al gobierno de todo incluso de sus problemas personales por- que no quieren reconocer que el mal está dentro de su propia casa. Pero este es un juego peligroso, porque el nacionalismo fomenta la secesión de los territorios para formar países más pequeños con el consiguiente aumento de su precariedad a la hora de defender sus asuntos en el ámbito internacional, una prueba es la historia de la antigua Grecia, no consiguió constituirse en estado y esto la dejó vulnerable a las posteriores invasiones de macedonios y ro- manos siglos después de su época de esplendor. En la actualidad, algunos partidos nacionalistas europeos afirman que la secesión de sus estados se puede compensar con su unión a la comunidad europea, pero no hay que olvidar que esta comunidad no es una nación, sino una mera asociación de naciones con poca cohesión entre si y en cualquier caso esta adhesión no es un motivo para romper los lazos con sus propios estados. Lo que la gente no comprende es que muchos de quienes se unen a estos partidos ra- dicales en realidad no lo hacen para defender al pueblo, las tradi- ciones o los derechos humanos sino porque les ofrecen la posibi- lidad de dar rienda suelta a su agresividad que es lo que verdade- ramente buscan, pues se trata en muchos casos de personas frus- tradas por problemas personales e inadaptadas socialmente y que si no hubieran encontrado estos grupos nacionalistas radicales se hubieran adherido a otros grupos extremistas aunque fueran de ideología contraria, porque su verdadero objetivo y lo que les atrae es la violencia y no las causas sociales. La verdad es que muchos de quienes se adhieren a estos grupos extremistas o terroristas no son diferentes de los asesinos en serie, la única diferencia es que en este caso se sirven de estos partidos políticos como tapadera para encubrir su deseo de violencia, por- que estos partidos les ofrecen la coartada que necesitan para disi- 33