se legalizara el uso de las armas de fuego para la población civil,
se hizo por un lado para proteger a los blancos en caso de suble-
vación racial, pero también para favorecer la eliminación de las
personas en situación de exclusión social cuando recurrían a la
delincuencia. Todo esto demuestra que el problema racial no está
ni mucho menos resuelto sino disimulado y únicamente se man-
tiene esta política de aparente apoyo al mestizaje como forma de
sacar partido político de su victoria sobre los alemanes ya que pa-
recería contradictorio que hubieran luchado contra ellos pero al
mismo tiempo apoyasen sus ideas. Todo esto pone en evidencia
que el mestizaje solo es un medio más de explotación y que la
mejor forma de garantizar los derechos de cada raza es que cada
una de ellas viva en territorios diferentes sin mezclarse y con el
derecho de propiedad sobre su tierra reconocido y libre de inje-
rencias de las potencias exteriores. Un ejemplo lo tenemos con
Francia, que después de la segunda guerra mundial por un lado
hablaba de igualdad y fraternidad, y por el otro invadía y masa-
craba a la población de Argelia, afirmando por supuesto que solo
venía a defender sus derechos. Tras de la crisis económica del
2008 y la continuada llegada en avalancha de inmigrantes ilegales
algunos gobiernos europeos empezaron a considerar factible la
utilización de políticas de extrema derecha como la sustitución de
una sanidad gratuita por otra de pago y así blindar la población
autóctona ante una inmigración que dicen no ser capaces de parar,
pero a la que no tienen ningún reparo en explotar. Todo esto de-
muestra que el mejor modo de que se respeten los derechos de ca-
da raza es mediante la creación de unos territorios mutuamente
reconocidos por todos, en los que cada raza viva sin mezclarse y
sin que se permitan los experimentos imperialistas más allá de sus
propias zonas raciales, pero para ello es necesario que sea supera-
do el trauma de la segunda guerra mundial y se entienda que la
convivencia interracial no implica el mestizaje, y en consecuencia
se aplique una política que prohíba la inmigración ilegal. Porque
las auténticas mafias de la inmigración, no son quienes suminis-
tran las embarcaciones en las que vienen, sino esos gobiernos dé-
biles que legalizan rápidamente a los inmigrantes y con preferen-
cia a los ilegales sobre los legales, porque el mejor mensaje que se
puede lanzar a quien intenta entrar en Europa de forma ilegal es
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