ta es una sociedad que se aleja de la moral creyendo que así se
aleja de las organizaciones religiosas. ¿Es que no saben distinguir
que son dos cosas totalmente distintas? El hecho de que las orga-
nizaciones religiosas se sirvan de la religión para hacer el mal y
adquirir poder, no significa que la religión sea mala, del mismo
modo el hecho de que alguien utilice un arma para hacer daño no
significa que el arma sea mala, el mal siempre estará en la persona
y no en el medio que utilice para expresar ese mal. Pero esta so-
ciedad mediocre ataca a la religión y la moral creyendo que ataca
a las organizaciones religiosas, quedando de esa manera sin rum-
bo, pues toda persona y toda nación necesitan de unos valores éti-
cos en los que fundamentar su vida y no solo en los meros impul-
sos de codicia que rigen en la actualidad.
Permitís que vuestras mujeres se nieguen a tener hijos porque
ellas creen que es mejor vivir como hombres y con ello provocáis
el suicidio de vuestra sociedad, y todavía tenéis el cinismo de de-
cir que no hay problema, pues los niños los pueden tener los in-
migrantes, ¿cómo podéis ser tan mezquinos como para destruir
vuestra raza y vuestra cultura y quedaros tan tranquilos, es que no
entendéis que ambos son valores inculcados en vuestra sociedad
durante milenios y todo ello lo despreciáis? ¿Cómo podéis ser tan
ingenuos de creer que unos inmigrantes que en algunos casos pro-
ceden de sociedades próximas a la edad de piedra se plegarán sin
más a vuestras creencias o a vuestra cultura? Cómo podéis pensar
que ellos os van a respetar si ni siquiera sois capaces de tener el
control sobre vuestras propias fronteras. Creáis el caos y una nue-
va torre de babel solo por la codicia de explotar a esos inmigran-
tes como esclavos, porque solo pensáis en la producción comer-
cial y no en las personas. Que ignorantes sois al no comprender
que los verdaderos instigadores del mestizaje son los poderosos y
las empresas que pretenden convertir a la clase trabajadora en una
simple masa de esclavos. Pero lo más patético de todo es que pre-
cisamente sean los partidos de izquierdas, que tanto presumen de
apoyar a los trabajadores, los que más lo favorecen. Ellos os dicen
que es por humanitarismo y vosotros colaboráis ingenuamente,
sin daros cuenta de estar creando una sociedad de esclavos idénti-
ca a la antigua Atenas, y todo ello para favorecer a esos políticos
corruptos vinculados a las empresas. Permitís la entrada de inmi-
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