sin que existan normas comunes en aquellos casos en los que las
circunstancias afecten a toda la población. Por ello, la clave para
que no exista contradicción entre la existencia de leyes de obliga-
do cumplimiento y el derecho de libre albedrío, sería el desarrollo
de un sistema de votación constante y que permita a cada ciuda-
dano proponer cualquier cambio que considere necesario realizar.
Este sistema de votación no solo serviría para elegir líderes políti-
cos, sino que sobre todo serviría para que cada ciudadano pudiera
hacer las propuestas que considerase oportuno o para cambiar las
leyes vigentes. Este sistema además se podría hacer mediante el
uso de internet de forma que la interacción entre el sistema políti-
co y los ciudadanos fuera constante y verdaderamente democráti-
co. Con este sistema de votación, los políticos podrían tener la
iniciativa a la hora de proponer las acciones a realizar, ya que ese
es su trabajo, aquellos ciudadanos que estuvieran conforme no
tendrían que hacer nada, pues su abstención se contaría como
apoyo a la propuesta del estado, pero de estar en contra, la pro-
puesta sería rechazada si el número de votos en contra superase la
mitad del censo existente. De esta manera la libertad de elección
ciudadana tendría su máxima expresión en este sistema de vota-
ción constante. Las leyes emanadas de este sistema de voto serían
de obligado cumplimiento para todos, pero también todos podrían
participar en los cambios que fuera oportuno realizar.
Una vez este sistema estuviera implantado, se terminarían las ma-
nipulaciones y las intrigas políticas, puesto que el poder ya no
pertenecería a los políticos como ocurre ahora. Una vez los ciuda-
danos tuvieran la última palabra a la hora de decidir una ley ya no
habría razón para las campañas electorales llenas de promesas y
mentiras, porque las cosas no se decidirían en un solo voto cada
varios años, sino que todas y cada una de las leyes dependerían de
la decisión directa de todos los ciudadanos. Además, en este sis-
tema ideal, la profesión de político tampoco estaría supeditada al
oportunismo o la adhesión a los partidos, sino que sería una carre-
ra universitaria como cualquier otra.
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