cionado. En los últimos siglos el progreso científico ha experi-
mentado grandes avances, pero ese progreso tecnológico no con-
tinuará indefinidamente al ritmo que tiene en la actualidad, por-
que lo que llamamos progreso, es más bien un proceso de evolu-
ción en el que la humanidad tiene que desarrollar aquellos poten-
ciales que le corresponde tener, y cuando esto ocurra el progreso
científico prácticamente terminara o se reducirá significativamen-
te. Cuando se llegue a ese punto la humanidad habrá terminado su
etapa esencial de evolución y en consecuencia el ritmo de cambio
social y tecnológico se reducirá. Es como si se hubiera graduado
en una hipotética universidad galáctica, por lo que se convertirá
en un planeta adulto en el universo. Aquellos que creen que el
progreso tecnológico seguirá indefinidamente al ritmo actual has-
ta poder proporcionar todo aquello que podamos desear demues-
tran ser profundamente ingenuos. Porque la finalidad del progreso
es que el hombre se realice como ser científicamente avanzado y
con una tecnología inmensa, pero limitada a su lugar en el univer-
so, porque no todo es posible, el hombre podrá hacer muchas co-
sas, pero solo aquellas que tengan sentido dentro de las leyes na-
turales.
Podría decirse que en la actualidad el hombre contemporáneo es
como si tuviera un cuerpo perfecto, pero gobernado por una men-
te imperfecta, el equilibrio entre ambos valores solo llegará cuan-
do la humanidad termine su progreso moral, que se encuentra bas-
tante más retrasado que el tecnológico. Esto es debido a que para
poder progresar en el plano filosófico se necesita un cierto grado
de intimidad y concentración, que en principio parece estar en
contradicción con los factores necesarios para la vida, pues para
poder vivir por lo general son necesarios los trabajos que se basan
en las relaciones sociales y la vida extrovertida. Por ello podría
decirse que solo es posible dedicarse con interés a la filosofía
cuando todos los demás aspectos sociales como la atención al tra-
bajo o a los hijos estén resueltos. Este problema no ocurre cuando
se trata de conseguir el progreso tecnológico, porque un hombre
puede vivir sin dificultades dedicado a un trabajo de investiga-
ción, pero es mucho más difícil si de lo que se trata es de vivir de
la filosofía. Por ello, para que el hombre pueda ser perfecto tanto
en el plano material o físico, como en el plano espiritual o filosó-
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