tinto de la naturaleza y los actuales muñecos que representan a
cristos, vírgenes y santos? Es que acaso el hecho de afirmar que
todos esos ídolos descienden de una sola religión impide que se
trate de un ritual tan falto de fundamento científico como los anti-
guos ídolos. ¿No es cierto acaso que esos muñecos de vírgenes y
santos cumplen la misma función que en el pasado cumplían los
ídolos? Pues para cada oficio se utiliza un muñeco o santo al que
se invoca pidiéndole la protección, e incluso durante las procesio-
nes se les saca a pasear como si fueran personas. Estas costum-
bres salvajes, solo son otra forma de politeísmo encubierto bajo el
paraguas de la iglesia católica que lo tolera con tal de conseguir la
fidelidad de los adeptos, pero tal práctica viola incluso la propia
esencia de la religión cristiana como puede comprobarse en esta
cita bíblica:
No tiemblen de miedo
cuando vean señales en el cielo,
como hacen las otras naciones.
Las costumbres religiosas de esa gente
no tienen ningún valor.
Van al bosque, cortan un tronco,
y un artesano le va dando forma.
Otros lo adornan con oro y plata,
y lo aseguran con clavos y martillo
para que no se caiga.
Esos ídolos no pueden hablar;
¡parecen espantapájaros
en un campo sembrado de melones!
Tienen que llevarlos
porque no pueden caminar,
así que no los adoren;
ellos no les pueden ayudar
ni les pueden hacer daño.
Jeremías 10
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