EL MAL
El mal representa la ignorancia, la oscuridad, el error, el abajo, la
equivocación, el color negro.
No hay que confundir los valores positivos o negativos presentes
en el cosmos en la mayoría de las cosas con el bien y el mal, pues
los valores positivos o negativos son todos ellos benignos y nece-
sarios, mientras que el mal representa aquello que es rechazable y
equivocado. El bien y el mal tienen en común con los valores que
tienen polaridad el hecho de que son opuestos igual que ellos, pe-
ro a diferencia de estos eso no significa que ambos sean desea-
bles, pues en realidad el mal tan solo representa aquello que nun-
ca es deseable y por consiguiente algo de lo que debemos alejar-
nos. El bien entonces representa lo correcto y aceptable, y el mal
lo incorrecto y equivocado, son opuestos sí, pero solo uno repre-
senta aquello que tiene sentido hacer. En realidad el mal podría
definirse como el porcentaje de accidentalidad que es inevitable
en la evolución del cosmos, por ello no tiene sentido buscar el
mal como objetivo, por ello se equivocan quienes se adhieren a
sectas basadas en el mal, es como si se identificaran con la igno-
rancia, la estupidez o le atraso, aquellos que se plantean el mal
como objetivo acaban siendo infelices, pues se sitúan en una po-
sición inestable que les vuelve antisociales e incapaces de relacio-
narse con los demás de forma equilibrada. El mal es la conse-
cuencia del inevitable retorno del cosmos a la ignorancia que se
deriva de su reinicio. El universo igual que las personas también
tiene que morir para poderse renovar, con esa renovación llega el
olvido y con el olvido llega el error, pero también la sorpresa de
lo nuevo, sin embargo el sufrimiento derivado del error no es un
objetivo en sí mismo, pero es un mal inevitable si el universo se
quiere renovar, por ello se equivocan quienes piensan que el mal
es deseable igual que el bien, pues lo que el universo necesita es
comenzar de nuevo y olvidar para poderse renovar, pero el mal no
es más que el sufrimiento causado por el error, consecuencia de
esa renovación. El mal no es un objetivo en sí mismo, lo que es
necesario es renovar el cosmos y volver a la ignorancia para po-
derse reciclar, el mal es la consecuencia no deseable de esa reno-
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