Mis ideas filosoficas 2 | Page 29

rados y promiscuos, que simplemente se autoproclamaron pacifis- tas únicamente con el fin de evitar participar en la guerra, por ello una vez esta terminó el movimiento también desapareció. Este ti- po de grupos o sectas son el caldo de cultivo ideal para que los impostores que solo buscan el mal intenten obtener un protago- nismo que no merecen, se presentan ante los demás como pacifis- tas y dicen predicar el bien cuando no llevan en su interior más que egoísmo y afán de poder. Estos indeseables al sexo le llaman amor porque lo que buscan es sexo y no amor cuando son dos co- sas muy diferentes, puede haber amor en el sexo pero no es lo mismo como ellos quieren hacernos creer. LEY Y JUSTICIA Normalmente se tiende a pensar que ley y justicia son lo mismo pero tal cosa es un error, pues la ley debería hacer justicia pero no siempre es así, porque la ley ante todo representa los intereses del gobierno que no siempre está en consonancia con los intereses de los ciudadanos. Un ejemplo de ello está en la ley seca promulgada en Estados Unidos a principios del siglo veinte, con esa ley se tra- taba supuestamente de propiciar la salud pública pero de espaldas a la opinión de los ciudadanos. Es decir que en lugar de convencer a la sociedad de lo nocivo del consumo de alcohol, se optaba por amenazarla y coaccionarla con sanciones, esto provocó una ruptu- ra entre el gobierno y los ciudadanos que desatendían tal requeri- miento. Como consecuencia, se produjo un gran desarrollo de las mafias y del mercado clandestino de alcohol. Se podría decir en- tonces que la expansión de las organizaciones mafiosas más que ser mérito de ellas es la consecuencia de la falta de respeto del es- tado a los derechos ciudadanos, pues en cierto representan el de- recho de la sociedad a ejercer su libre albedrío y por lo tanto esas empresas ilegales estaban haciendo justicia al ofrecer a la pobla- ción aquello que el estado les prohibía de forma arbitraria, por lo tanto en este caso la clásica definición de quién representaba el bien y quién representaba el mal es confusa, pues no hay una res- puesta clara. Lo más razonable hubiera sido crear una campaña informativa para explicar el perjuicio que representaba el consu- mo de drogas pero respetando la decisión de los ciudadanos. Al 29