dictadura mental, haciendo creer a los ciudadanos que pensar li-
bremente es un atentado contra Dios o la religión, pero lo que no
dicen es que lo que menos les importa es el bien o la verdad y tan
solo utilizan tales argumentos en provecho propio, haciendo creer
a los ciudadanos que dudar del dogma está mal. Esos sinvergüen-
zas pretenden considerarse representantes de Dios cuando solo
sirven a satanás, y pretenden considerar la verdad como una pro-
piedad exclusivamente suya sin cabida para ninguna diferencia de
opinión. Las personas deberían analizar las cosas objetivamente y
desenmascarar a esos especuladores que asustan a la gente con
mentiras y conseguir así una sociedad verdaderamente libre.
El mundo se ha convertido en una gran fachada en la que lo im-
portante no es la democracia sino aparentar que hay democracia,
lo importante no es la justicia sino aparentar que hay justicia. Pero
no es posible solucionar esto sin asumir una cierta dosis de auto-
crítica, pues en realidad un país tiene siempre el gobierno que me-
rece, pues el escaso talante moral de la clase política no es más
que el síntoma del escaso talante moral de la sociedad a la que re-
presenta y que en muchos casos le ha votado.
LA INERCIA MILITAR
Resulta lamentable ver como las grandes naciones suelen incli-
narse con demasiada facilidad hacia la guerra y el imperialismo,
un ejemplo de ello se ve en la excesiva tendencia de los Estados
unidos a buscar guerras con las que pagar a las empresas de ar-
mamentos por los importantes apoyos económicos recibidos du-
rante las campañas electorales. Cuando esos partidos financiados
por las empresas de armamentos llegan al poder les devuelven el
favor provocando guerras que justifiquen el gasto militar.
Al comienzo de la guerra fría los Estados Unidos consideraron
apropiado aliarse con Israel en su enfrentamiento con la Unión
Soviética por el dominio del mundo y eso trajo como consecuen-
cia que muchos de los países Islámicos pasaron a ser sus enemi-
gos al estar enfrentados con Israel por su política de robo de tie-
rras a los palestinos, así los países islámicos se convirtieron en un
campo de pruebas adecuado para crear guerras con las que justifi-
car el gasto armamentístico.
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