INGRAVIDEZ
La ingravidez es el estado por el que un cuerpo pesado no siente la atracción de la gravedad, sea por estar a gran distancia de cualquier astro capaz de ejercerla, o por haber sido puesto en condiciones especiales para que no la sienta.
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La ingravidez provoca que los líquidos, que componen el mayor porcentaje de nuestro cuerpo se distribuyan por todo el organismo de una manera totalmente diferente a lo que sería natural en presencia de la gravedad. En esta última condición y debido a su efecto, los líquidos corporales tienden a ir hacia abajo, en dirección a las piernas, y el organismo ha evolucionado como tal para contrarrestar este efecto y lograr que la sangre, por ejemplo, circule en sentido antigravedad y pueda llegar al cerebro, en lo más alto del cuerpo. En la ingravidez, los líquidos se reparten de forma similar entre la parte inferior y superior del cuerpo, lo cual tiene sus consecuencias fisiológicas.
Uno de los efectos más peligrosos ocurre sobre los pulmones, los cuales pueden llenarse de líquido disminuyendo sensiblemente su función y pudiendo provocar la asfixia. La ingravidez puede provocar también la deshidratación del cuerpo al inhibir la sensación de sed del astronauta, por lo que este no tomaría agua si no tuviera consigo un plan estricto que indica que lo debe hacer cada cierto tiempo. También se ralentizan los movimientos intestinales y disminuye sensiblemente la frecuencia de la defecación.