PREFICIO
En lo que hace referencia a las bases sobre las que se asienta la explotación de tipo intensivo, desde el
punto de vista económico, cabe decir que al igual que la explotación intensiva se regía, sobre todo por la
ley productividad/relatividad, el principio económico que prima en la intensiva es el de "los incrementos
decrecientes", según el cual, " a medida que cada uno de los factores de producción actúa con mayor
intensidad, su rendimiento va decreciendo"
Por otro lado, la explotación intensiva necesita otro tipo de mano de obra que no siempre tiene reflejo
contable directo, ya que se trata de la labor de dirección y gestión que, al margen de caracterizar al propio
régimen intensivo, influye sobre la rentabilidad de tres formas distintas:
-Disminuyendo los costes de producción, combinando adecuadamente los factores productivos.
-Revalorizando los productos, a través de la obtención de la calidad comercial que exige el consumidor.
-Integrando la explotación bajo la forma empresarial más idónea (cooperativa, integración, etc.)
Pero quizás sea el capital el factor productivo más característico y de mayor influencia en la explotación
intensiva. Así, tanto el capital fijo, como el circulante, son la base que conforma el carácter empresarial
que define a este tipo de explotación Sotillo y Vijil (1978).
En el capital fijo cabe incluir edificios, instalaciones. Maquinaria, equipo y animales. Su influencia sobre
la productividad se ejerce:
-Aumentando el rendimiento de los animales, a través de la producción que ejercen estos alojamientos.
-Reduciendo la mano de obra necesaria al facilitar el manejo y por tanto minimizar el trabajo ejercido por
unidad de producción.
-Mejorando el estado sanitario del ganado, al permitir un control más estricto de los animales.
Un aspecto muy importante dentro del sistema intensivo hace referencia a las características de las
construcciones ganaderas y que según Vera y Vega (1979), ha de cubrir los siguientes objetivos:
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