Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 71
¨El Misterio de Belicena Villca¨
descubierto el secreto del encadenamiento espiritual y les había revelado el modo en que el
Espíritu podría abandonar la materia y ser libre y eterno más allá de las estrellas, es decir, más
allá de las Moradas de los Dioses y de las Potencias de la Materia. De acuerdo con los relatos
de los Atlantes blancos, Navután era un Dios que existía, libre y eterno como todos los
Espíritus Hiperbóreos, allende las estrellas. El Dios Incognoscible, de quien nada puede
afirmarse desde más acá del Origen, Navután, y otros Dioses, estaban furiosos porque un
sector de la Raza del Espíritu se hallaba detenida en el Universo de la Materia: y la ira no iba
dirigida solamente contra las Potencias de la Materia que retenían a los Espíritus, sino también
contra el Espíritu débil, contra el Espíritu carente de Voluntad Graciosa para quebrar la Ilusión
del Gran Engaño y liberarse por Sí Mismo. En la Tierra, el Espíritu había sido encadenado al
animal hombre para que su fuerza volitiva acelerase la evolución de la estructura psíquica de
éste: y tan férreo era el encadenamiento, tan sumido estaba el Espíritu en la naturaleza
anímica del animal hombre, que había olvidado su Origen y creía ser un producto de la
Naturaleza y de las Potencias de la Materia, una creación de los Dioses. En otras ocasiones,
desde que el Espíritu permanecía en la Tierra, los Dioses Liberadores, sus Espíritus
Hermanos, acudieron en su ayuda y muchos fueron liberados y regresaron con Ellos: por esa
causa, se libraron terribles Batallas contra las Potencias de la Materia. Últimamente, por
ejemplo, había atravesado el Origen, y se había presentado ante los hombres de la Atlántida,
el Gran Jefe de Toda la Raza Hiperbórea prisionera, el Señor de la Belleza de las Formas
Increadas, el Señor del Valor Absoluto, el Señor de la Luz Increada, el Enviado del Dios
Incognoscible para Liberar al Espíritu, es decir, el Kristos de Luz Increada, Kristos Luz, Luci
Bel, Lúcifer, o Kristos Lúcifer. Pero la manifestación de Kristos Lúcifer en la Atlántida causó la
destrucción de su civilización materialista: la Batalla de la Atlántida culminó con el hundimiento
del continente, mucho después de que Aquél hubiese regresado al Origen.
En esas circunstancias, frente a la catástrofe inminente de la Atlántida, se desarrolla la
historia de Navután. Los hombres amarillos, los hombres rojos, los hombres negros, todos
perecerán en un cataclismo peor que el que se avecina en la Atlántida: el que preocupa a los
Dioses Liberadores es el cataclismo espiritual, el abismo en el que se sumergirán aún aquellos
que sobrevivan al hundimiento de la Atlántida; y ese resultado parece inevitable debido a la
insistencia y tenacidad con que la Fraternidad Blanca mantiene el encadenamiento espiritual,
pero, más que nada, debido a la imposibilidad demostrada por el Espíritu para evitar la Ilusión
y despertar del Gran Engaño; esas Razas, estratégicamente confundidas, seguirán
ciegamente a los Sacerdotes Atlantes, quienes las conducirán con derechura hacia su
definitiva decadencia espiritual. La Raza blanca es la única, en ese momento, que dispone de
una posibilidad de liberación, posibilidad que los Dioses no van a ignorar. Pero el hombre
blanco se halla muy dormido, con el Espíritu muy sumergido en la Ilusión de la Materia, muy
proyectado en el Mundo Exterior: no será capaz de comprender la Revelación Interior del
Espíritu, no podrá liberarse por Sí Mismo. Se hace necesaria una Revelación Exterior del
Espíritu apta para la Raza blanca, mostrar desde afuera al hombre blanco una vía de
liberación que conduzca a la Sabiduría Hiperbórea: para eso desciende Navután al Infierno.
Navután, “Dios libre y eterno”, acepta bajar al Infierno, venir al Mundo de la Materia, y nacer
como hombre blanco. Y como hombre blanco, realizar la hazaña de liberar por Sí Mismo su
Espíritu encadenado: demostrará así a los hombres, con el ejemplo de Su Voluntad, el camino
a seguir, la Orientación hacia el Origen.
Resumiendo, la historia que los Atlantes blancos trasmitieron en forma de Mito a los
pueblos nativos, sería la siguiente. Vivía en la Atlántida una Virgen Blanca Muy Santa,
consagrada al servicio del Dios Incognoscible y entregada a la contemplación de la Luz
Increada. Afligida por la terrible hambruna que azotaba a su pueblo, aquella Virgen pidió
auxilio al Incognoscible; y este Dios Supremo, cuya Voluntad es la Gracia, le enseñó un
camino hacia el Planeta Venus. Ya allí, la Virgen recibió del Enviado del Incognoscible varios
ejemplares de la Planta del Trigo, con la que se saciaría el hambre material de los hombres,
una Vara, que serviría para medir la Traición Blanca, y la semilla de un Niño de Piedra, que
algún día sería hombre, se pondría a la cabeza de la Raza Blanca, y saciaría su hambre
espiritual. Al regresar de Venus, la Virgen Blanca, que no había tenido jamás un contacto
carnal con ningún hombre, estaba encinta de Navután. Los Dioses Liberadores le habían
anunciado ya que sería madre y daría a luz un niño cuya Sabiduría espiritual libraría a la Raza
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