Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 585

¨El Misterio de Belicena Villca¨ necesitarán luz de lámpara ni luz de Sol porque Jehová Elohim los alumbrará, y reinarán por los siglos de los siglos”. – ¿Qué ves ahora? –Veo la Batalla Final. Veo al Führer y a su Ejército de hombres-lobo tomar por asalto la Isla de Sión, y sorprender a Jerusalén Celeste, que es Chang Shambalá, y causar gran mortandad entre sus moradores. ¡Ni Thuban y las tres cuartas partes del Cielo, puestos de guarnición, logran detener la manada furiosa! ¡El Cordero y los ciento cuarenta y cuatro mil Sacerdotes resultan acorralados en la Ciudad Maldita, construida con el cuerpo del Dragón ¡Y mueren por millares: prefieren morir antes que ver la Señal del Vril de los hombres-lobo! Y la Ciudad-Dragón palpita y se retuerce, sin conseguir quitarse de encima a los hombres-lobo. Y los inmortales ojos del Dragón derraman innumerables lágrimas; lágrimas que ruedan hacia el cuádruple Muro de las Lamentaciones; lágrimas de Piedad por los Hijos de Israel. Pero los hombres-lobo no ceden y hunden sus colmillos en los Hijos de Israel, en el Cordero, y en el Dragón. Y la Virgen de Agartha clava su estandarte en el Muro de las Lamentaciones, el cual es como el Corazón de Binah, la dueña de todos los corazones: sí; en el Corazón de Avalokiteshvara ha sido plantado el Signo del Vril, la Marca que causa lo Negro, lo Duro y lo Frío de las Piedras, y por el Muro de las Lamentaciones corren Sus lágrimas como surgidas de una cascada milagrosa. Y unas tinieblas duras y heladas se abaten sobre Sión: es la Muerte Fría de la Virgen; la Muerte que arrebata el calor de los corazones del Cordero y de los ciento cuarenta y cuatro mil Santos de Israel; la Muerte que desatan quienes ven en las tinieblas, los hombres-lobo de Piedra que forman el Ejército del Führer. – ¿Qué ves ahora? –La Batalla Final continúa en la Tierra, pero ya no puedo ver lo que allí ocurre, pues veo a los Jabalíes Blancos que huyen presa del pánico a ocultarse en el Cielo: ¡van perseguidos por parte del Ejército-manada de hombres-lobo-de-Piedra! ¡Pero en el Cielo sólo quedan la cuarta parte de las estrellas! – ¡El momento ha llegado! ¡El Final es igual al Principio! –exclamó sorpresivamente tío Kurt. Capítulo XV Fui sobresaltado por aquellas inesperadas palabras de tío Kurt. Sin embargo, preguntó a continuación: – ¿Qué ves ahora? –Los Jabalíes gemelos han subido al Cielo estrellado buscando al Dragón. Pero el Dragón no está en el Cielo sino en la Batalla Final. Y los Jabalíes se han convertido nuevamente en estrellas, y se han situado bajo los pies de la Virgen, cerca del cuervo. Y en el cielo faltan muchas constelaciones, como un libro de imágenes al que le hubiesen arrancado muchas páginas. – ¿Qué ves ahora? –Las estrellas del Cielo, todas las que quedaban, abandonan sus puestos y giran en torno de las dos estrellas-Jabalí. ¡Es el chaos primordialis, la massa confusa – ¡Proyectaré el Signo del Origen sobre la massa confusa! –gritó tío Kurt. Al parecer ubicado ahora muy cerca mío, a mis espaldas. Imaginaba sus cuencas vacías y negras, profundas e infinitas, asomándose al recipiente alquimista, cuya superficie brillante alojaría sin remedio lo que él era: el Signo del Origen, el Signo del Vril, la Marca de la Virgen, el Signo de Lúcifer, el Signo de Shiva. Lo imaginaba, pues no deseaba mirarlo y ver, como antes, a la Muerte Frya, al Hombre Oso y al Hombre Lobo. En la matrix, la superficie del Sulphur Philosophorum mostraba la imagen de un remolino de lumen naturae que giraban alrededor de las dos estrellas gemelas, las mónadas de Bera y Birsa. Cuando la primera Runa se reflejó sobre ellas, perdieron gran parte de su brillo y comenzaron a solidificarse. Y así continuaron, opacándose y solidificándose, a medida que se sucedían las siguientes Runas. Y cuando, al fin, se hubieron plasmado las trece Runas, las dos estrellas experimentaron una metamorfosis y se transformaron en flores 585