Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 501
¨El Misterio de Belicena Villca¨
–Puesto que no consideráis a los japoneses vuestros enemigos, os voy a sugerir la
manera de llegar hasta ellos sin que antes os maten los comunistas o los nacionalistas. Unos
meses atrás ello habría sido muy simple tomando los caminos del Noreste y aprovechando los
tramos navegables del río Amarillo. Pero ahora ha ocurrido una terrible desgracia, que ha
49
tornado intransitable esa región: el Tung Chih Chiang Kai-Shek, que Kuan Yin se apiade de
su apasionado corazón, acaba de volar los diques del río Hoang-Ho para detener el avance de
los japoneses, pero tal acción ha costado un terrible sacrificio de vidas chinas inocentes.
En efecto, Neffe: en 1938, Chiang inundó el valle del Río Amarillo y condenó a morir
ahogada a la friolera de 880.000 personas. Sí, casi un millón de muertos por una sola orden: y
no he sabido que nadie le promoviera un juicio por “crímenes contra la humanidad”, en
1945. Si ello no ha ocurrido habrá que admitir que fue absuelto de antemano, y que tal indulto
le fue concedido en reconocimiento a su refinada calidad de cipayo.
–Tal como están las cosas –continuó el Shivagurú– os aconsejo viajar hasta Lan-Chen-Fu,
ciudad situada 200 km. al Este. Desde allí es posible dirigirse a Shanghái de diferentes
modos: ya os dirán cómo. Os recuerdo que en tiempos de paz, era factible recorrer los 200
km. que median a Shanghái empleando el ferrocarril. Ahora eso no se puede hacer pues el
tramo que nos llevaba a Lan-Chen-Fu está interrumpido por la voladura del puente sobre el
Río Amarillo; y desde Lan-Chen-Fu, sólo funciona un ramal que no llega más allá de Cheng
50
Chou, en la provincia de Honan . En fin, tendréis que salvar a caballo los 200 km., por un
camino infestado de guerrilleros o “nacionalistas” y, posiblemente, deberéis matar a miembros
de los dos bandos; pero no os preocupéis ¡matar es tarea común en estos días!
–Vosotros sois once: Os reforzaré con 25 hombres armados de fusil, parte de la tropa que
protege nuestro barrio. Hablemos ahora de lo que haréis en Lan-Chen-Fu. ¿Habéis oído
nombrar a la Banda Verde
– ¿Se trata de la cofradía de bandidos? –preguntó Von Grossen, que evidentemente sabía
algo del asunto. El Shivagurú sonrió con un gesto compasivo.
–No seáis duro con nosotros. La Banda Verde es una Sociedad Secreta. Y las Sociedades
Secretas son para China lo que las fragancias son para las flores. La Banda Verde es una
Sociedad de Iniciados que comparten nuestro mismo Tântra y coinciden en idéntico Tao:
muchos de sus miembros han sido o son monjes kâulikas. Sólo que ellos, por su particular
idiosincrasia, han elegido un camino que se interna mucho más en el Mundo de los hombres
dormidos. Pero ellos, claro está, no podrían aceptar ni cumplir las leyes de ese Mundo sin
acabar también aletargados. ¡Y no lo hacen! Ellos obran a su modo, según su propio código de
Honor, y por eso son llamados “bandidos” por los hombres dormidos. Más no los subestiméis
pues se requiere mucho valor para ser el Señor de Sí Mismo en medio de los placeres y las
tentaciones: sólo quien ha probado y dominado el deseo de las Cinco Cosas Prohibidas,
dispone de voluntad suficiente para actuar en la Banda Verde.
Ese camino no es para cualquiera, lo repito. Yo, por ejemplo, prefiero la tranquilidad de
nuestros Monasterios, la serenidad de los gimnasios de Artes Marciales, al permanentemente
peligroso sendero de la Banda Verde. Sin embargo, todos nos necesitamos si hemos de
marchar luchando hacia la misma meta. Es así que la Banda Verde ayuda al Círculo Kâula con
lo que representa su fuerte: el dominio de los valores materiales. Y el Círculo Kâula auxilia a la
51
banda Verde con lo que mejor sabe hacer: sha . Naturalmente, para nosotros, como para
Krishna, el hijo de Indra, matar no significa nada, si el Espíritu del asesino está más allá
de Mâyâ, la Ilusión de la Vida; si cuando nuestra cimitarra siega la vida miserable, el
Espíritu danza junto a Shiva el Baile de la Destrucción.
–Sé que no debo explicaros estas cosas a Vosotros, que estáis iluminados por Shiva, y
que habéis realizado la maravillosa proeza de diezmar a los vampiros duskhas. Os pregunté
por la Banda Verde, no para conocer Vuestra opinión, sino para informaros que serán ellos
quienes os conducirán hasta Shanghái. En Lan-Chen-Fu os pondremos en contacto con la
Banda Verde y a partir de entonces quedaréis en sus manos, que son de absoluta confianza.
49 Tung Chih: Camarada.
50 Ho río; Nan sur; Honan: Río del Sur.
51 Sha: matar.
501