Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 357
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Norte, hasta Amaichá del Valle: desde allí se podría tomar la Ruta 307, que cruza las Cumbres
Calchaquíes por el Paso del Infiernillo y lleva directamente a Tafí del Valle. En total, desde
Santa María hasta Tafí del Valle, sólo tendría que recorrer 80 km. pero que serían agotadores
por el estado de las Rutas y las sinuosas alturas a que arribaban.
Corría a más de 100 km. por hora aprovechando el buen camino hasta Cafayate para
ganar tiempo, pues luego la marcha sería lenta, a no más de 40 km/h.
Tenía unas horas para pensar y decidí aprovecharlas de inmediato.
El paisaje, el viento fresco, el silencio del Valle, todo contribuía para que me sintiera laxo y
tranquilo, predispuesto a meditar. Pero esta actitud era un tanto anormal si se tiene en cuenta
la cantidad de cosas que me habían sucedido últimamente. La falta de preocupación
evidenciaba un cambio muy grande en mi interior, que se manifestaba también en una
sensación de desapego por las cosas del Mundo. Me sentía en paz porque no necesitaba
nada. Estaba arruinado materialmente, quizás en peligro de muerte, y esta revelación sólo me
arrancaba una sonrisa insensata.
Sí, había cambiado mucho. Y todo ese cambio se produjo entre el 7 de Enero, fecha en
que experimenté el rapto espiritual y creí morir, y sincronísticamente se produjo el sismo que
terminó con mis bienes.
¡Cuántas cosas me habían sucedido! y parecía que esto no acabaría más pues seguían
sucediéndome cosas insólitas. Como el asunto de tío Kurt.
Fue sin duda una intuición. Cuando finalizaba la reunión con el Profesor Ramírez y el
sabio mencionó que casi todos los documentos sobre los Druidas habían sido saqueados en
Europa por las , pensé para mis adentros – ¿A quién preguntarle sobre la Orden Negra y su
interés sobre los Druidas?– en ese momento me vino a la mente el recuerdo de aquella noche
en mi niñez. Ninguna relación lógica que permita asociar ambas cosas. Nada racional. Si lo
hubiese pensado un minuto seguramente habría rechazado esta suposición por absurda. Pero
los recientes sucesos me hacían desconfiar de la “razón” y he aquí que, cediendo a una
corazonada, le pregunté a mi madre lo que había ocurrido esa noche 33 años atrás. ¡Y allí
estaba la clave! Inexplicablemente, irracionalmente, había una relación; porque Yo quería
saber sobre las y mi tío, de quien no conocía su existencia, había sido militar alemán. ¡Y de
las !
Renuncié a buscarle una explicación y me concentré en la noche del 21 de Enero, cuando
ocurrieron los fenómenos narrados. A partir de entonces, como ya dije, me sentía renacido, y
si pensaba en ello era sólo con el fin de analizar la forma en que dos aconteceres de distinto
orden, uno mi experiencia mística, otro el movimiento telúrico, se ligaban. Porque para mí no
cabían dudas que una relación no causal, sincronística, existía entre ambos fenómenos. Que
estaba en un caso similar al del asesinato de Belicena, cuando el asesino, en un acto de
demencial orgullo, deja pruebas irrefutables de un Poder terrible.
El 21 de Enero, la Materia, exaltada hacia mí, estalla en un sismo de singular violencia
sincrónicamente con una experiencia mística en que ambos aconteceres se confunden
alucinantemente, dando la sensación de estar vinculados causalmente. Si yo así lo creyera,
me sentiría tentado a pensar que mi propia psiquis desató los “fenómenos sísmicos” y esa
sería la derrota moral de mi Espíritu.
Esto es justamente lo que Alguien, el Autor del sismo, deseaba que yo creyera para, de
esa suerte, perderme. Y esta celada colosal, es otra demostración de infernal orgullo y
arrogancia.
La tentación de “dominar los fenómenos” es uno de los errores primarios en que caen los
que buscan abrirse paso en el sendero del Espíritu. Los únicos fenómenos que realmente
importan para una elevación espiritual son los que ocurren personal y cualitativamente, no
transferibles ni comunicables. Los fenómenos concretos, de percepción colectiva, llevan el
sello de lo cuantitativo y material; es dudoso, por otra parte, que puedan producirse por un
acto de voluntad.
Sobre esto, la gente no especializada es víctima de una información intencionalmente
confusa. Pero Yo, en mi calidad de Médico Psiquiatra, estaba familiarizado con toda clase de
actos fenoménicos derivados de patologías psicológicas o de crisis histéricas. En los
Hospitales Neuropsiquiátricos es común, pero obviamente poco publicitada, la manifestación
de fenómenos de este tipo. Pueden observarse, en ciertos casos, fenómenos parapsicológicos
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