Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 354
¨El Misterio de Belicena Villca¨
–Pero, Mamá –interrumpí– ¿por qué no volvió a Egipto, a la hacienda familiar? El gobierno
egipcio fue muy protector de los alemanes, especialmente después de la fundación del Estado
de Israel en 1948.
–Es un misterio. Jamás quiso decirlo, ni el motivo de la persecución, ya que sólo contaba
con 30 años –razonaba Mamá ingenuamente– y casi siempre tuvo destinos diplomáticos.
–Pero ¿qué era él durante la guerra? –Pregunté intrigado– ¿civil o militar?
–Militar; Oficial de las Waffen . Mayor o algo así. Debes tener presente que en 1938 Yo
me casé con tu padre y vine a la Argentina perdiendo contacto con él por muchos años.
Kurt ya por el 32 era Jefe de Escuadra, es decir, Faehnleinsführer, de la Juventud
Hitleriana o Hitlerjugend, en la colectividad germana de Egipto. Gracias a una gestión de
Papá, que por su título nobiliario gozaba de cierta influencia en Alemania, en 1938 partió para
estudiar a una de las escuelas Napola, Nationalpolitischen Erziehugsanstalten, de Berlín.
Después sólo le vi en tres ocasiones, la última antes de partir hacia la Argentina, en las
Navidades de 1937; luego pasarían 10 años hasta que en 1947 apareció por aquí. Durante
ese tiempo no supe mucho de él, pues recibía cartas a razón de una por año y nunca
directamente, ya que Kurt escribía a Egipto y de allí Papá las enviaba aquí.
De modo que no sé casi nada sobre su carrera; sólo lo poco que me pudo contar en la
correspondencia de sus años de estudiante y menos durante la guerra, en que se mostraba
parco por demás. Sé que en la escuela Napola sobresalió por su conocimiento de las lenguas
de Medio Oriente y esto le valió para realizar varios cursos especiales, pero no conozco
específicamente en qué consistían.
Recuerdo que en sus primeros años estaba feliz, porque se le había permitido ingresar a
una división de la escuela Napola llamada, si no me equivoco Fliejer H-J, donde se impartía
entrenamiento aéreo; pero te repito poco es lo que supe de él luego de su graduación en 1937.
Ingresó a alguna división especial de las , mas, por lo que estoy enterada, jamás combatió.
Su función era algo vinculada al Servicio Exterior pues casi toda la guerra la pasó en el Asia. Y
eso es todo. En 1945 fue dado oficialmente por muerto pues su destino, se dijo, era Berlín en
el mes de Abril, cuando esta ciudad cayó en manos de los Rusos. Su cadáver fue “hallado” en
un avión carbonizado que no pudo despegar por recibir un disparo ruso de artillería.
Se nos notificó –prosiguió Mamá– de su muerte y mucho lo lloramos hasta que en 1947,
sorpresivamente, se hizo presente aquí. El resto ya te lo he dicho; fue ayudado por los
Kameraden y con una nueva identidad se aprestaba a comenzar “otra vida” en la Argentina.
Según dijo en esa ocasión, era preferible desaparecer para siempre, ya que si los aliados
sospechaban de su existencia no tardarían en buscarle. Creo que es una decisión que
debemos respetar ¿no te parece? –me miraba esperanzada en que mi “curiosidad” estuviera
satisfecha. Decidí continuar interrogando antes que reaccionara.
–Sí Mamá, lo comprendo y te agradezco cuanto me has dicho, pero falta lo principal.
¿Dónde está ahora tío Kurt? –le disparé a boca de jarro y pareció que la pregunta provocaría
su desmayo.
–Arturo, hijo mío, eres adulto e inteligente ¿por qué preguntas lo que la prudencia
aconseja no saber? Él está bien; nadie le ha molestado en todos estos años y sería de desear
que nadie lo haga antes de su cercana muerte. –Algo pasó por su mente y se quedó
mirándome boquiabierta–. ¿No estarás pensando ir tú a verlo? ¡Oh no!
Debes sacarte esa idea de la cabeza. Él ha vivido 35 años en un mismo sitio y todos le
conocen en su nueva personalidad. Sería una torpeza poner en peligro tal cobertura por un
capricho.
Había adivinado mi intención y respondido en consecuencia; comprendí que sería difícil
sonsacarle la dirección de mi resucitado tío Kurt.
–No comprendes Mamá; no se trata de un capricho; es importante que hable con él para
obtener una información que es posible él posea y que para mí es tan vital como el aire que
respiro. Por la seguridad no debes preocuparte, ¿en qué puede afectarle la visita de un
desconocido una sola vez en la vida? Hay mil justificativos para recibir a un visitante que luego
no volverá nunca más. Porque eso es lo que haré, Mamá, ¡lo juro! Una vez que le haya
preguntado lo que deseo saber me iré y no volveré jamás –trataba de convencerla con
cualquier argumento y ella, dudando, miraba hacia las viñas como buscando la protección de
mi padre.
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