Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 335

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Yo soy la Ola que rompe contra la Roca. Yo soy el Trueno del Mar. Yo soy el Ciervo y el Toro de los Siete Cuernos. Yo soy el Buitre en la Barranca. Yo soy la Lágrima del Sol. Yo soy la Más Bella de las Flores. Yo soy el Jabalí Salvaje e Intrépido. Yo soy el Salmón en el Lago. Yo soy el Lago en la Llanura. Yo soy la Voz de la Sabiduría. Yo soy la Lanza que se empuña en la Batalla. Yo soy el Dios que exhala Fuego en la Cabeza. Y el Druida Amergin, pronuncia luego las siguientes siete preguntas: ¿Quién ilumina la Asamblea en la montaña? ¿Quién denuncia los Días de la Luna? ¿Quién señala el lugar donde se hundirá el Sol? ¿Quién trae el Toro de la Casa de Tethra, el Dios del Mar, y lo aísla? ¿A quién sonríe el Toro de Tethra? ¿Quién destruye las Armas de Piedra de colina en colina? ¿Quién hace todos estos prodigios sino el Fili? Invoca, Pueblo del Mar, invoca al Druida, para que pueda conjurar el hechizo para Ti. Pues Yo, el Druida, que ordené las letras del Alfabeto Sagrado Ogham, Yo que doy la Paz a los combatientes, me aproximaré a la Fuente de los Duendes, en busca del hombre dócil, para que juntos podamos realizar los hechizos más terribles. Yo soy un Viento del Mar. He aquí, Arturo, el poder del Verbo Mágico de estos Druidas Fili (Fili = Bardo): las fuerzas desatadas con el poema panteístico precedente, permiten ganar una posterior batalla contra los Divinos Tuatha de Danan, quienes poseían carros voladores y rayos de la muerte pero eran completamente impotentes frente a la magia negra de los Druidas. El Profesor explicaba vivamente entusiasmado, pero Yo me había quedado pensando en el octavo verso de Amergin donde dice: “Yo soy el Jabalí Salvaje e Intrépido”. No podía dejar de relacionarlo con la leyenda de la joya nefasta, “Victoria al Divino Druida Hijo del Jabalí”. Se lo hice notar al Profesor. –A eso iba, Arturo. Los principales símbolos del Druida eran dos: el jabalí y el trébol de cuatro hojas que usaban bordado en su túnica blanca. Entre los celtas el jabalí y la osa simbolizaban respectivamente, el poder del Druida y el del guerrero. Algunos eruditos, como René Guenón, pretendieron equiparar estos dos símbolos de Poder con las castas de los Brahmanes y de los Kshatriyas de la India, es decir, de los Sacerdotes y guerreros, considerando el profundo significado que el jabalí y la osa tienen en la tradición indoaria. Pero esto es un error, pues los Druidas jamás formaron una casta (ni hubo castas entre los celtas) y porque el sentido dado al jabalí (símbolo hiperbóreo antiquísimo) por ellos, estaba teñido con un materialismo que no posee ni remotamente en el Rig Veda, donde figura como la tercera de las diez manifestaciones de Vishnú en el actual ciclo de vida o Manvantara. Es como si los Druidas hubieran “invertido” el sentido del símbolo dando al jabalí, expresión del Poder Espiritual Primordial propio de la Función Regia, una representación del Poder Temporal Actualizado que es característico de la Función Sacerdotal. Sobre el antiguo y, hasta hoy, 335