Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 281
¨El Misterio de Belicena Villca¨
numerosos laicos de la nobleza andaluza, entre ellos el Duque de Medinacelli: los Iniciados de
la logia ostentaban el título de “Caballero Templario” y repetían los antiguos Ritos de adoración
a Bafomet de la Orden extinguida en 1307. Esta logia es la que concede a Quiblón la última
iniciación y lo prepara esotéricamente para recibir la Shekhinah. Permanece entregado a esa
empresa en el Castillo de Medinacelli hasta 1486, fecha en la que el mismo Duque anuncia a
los Reyes Católicos la presencia del hombre que descubrirá para España los extensos y ricos
países del Oeste.
Los soberanos están dedicados a completar la Reconquista y ello causará,
inevitablemente, que tarde o temprano caiga Granada en manos cristianas: ésa sería la señal
esperada por Quiblón. Entonces recibirá el Verbo de Metatrón y su Poder será incomparable.
Hasta ese momento se mostrará como un humilde explorador, sólo deseoso de servir al Reino;
luego de la caída de Granada, tal como lo profetizaran Bera y Birsa, su voz será la Voz de
YHVH y sus ambiciones irán parejas con su Poder; y nadie, ni los Reyes, podrán resistir a las
solicitudes de quien va a viajar hasta las Puertas del Paraíso Terrenal. Pero es necesario
hacer conocer previamente los planes de Quiblón, familiarizar a los Reyes y a la Corte con el
futuro Almirante de la Mar Océana. Y es por eso que ya en 1486 los Golen arreglan la primera
entrevista de Quiblón con Don Fernando y Doña Isabel, que se hallaban a la sazón en
Córdoba.
Como es lógico los Domini Canis también integraban la Corte y estaban dispuestos a
detener a cualquier judío o converso que intentase proponer un plan que derivase en “la Gloria
y la Victoria del Pueblo Elegido”, o en “el Triple Holocausto de unos pueblos desconocidos a
Jehová Satanás”. El Capitán Kiev, El Señor de Venus, había revelado 180 años antes que ello
sería anunciado por un hebreo “Quiblón”, al que sería difícil detener. Así, pues, los Domini
Canis se mantenían alerta, pero ignoraban completamente que el Poder de Quiblón se
manifestaría al final, luego de la simbólica caída de Granada. Y en consecuencia no
sospecharon que Colón, un hombre insignificante y alucinado, pudiese ser Quiblón, el
Representante Mayor de las Potencias de la Materia. De cualquier manera, Fray Hernando de
Talavera, el Domini Canis que los Reyes nombraron para estudiar la propuesta de
exploración de Colón, dio un fallo adverso y procuró desprestigiar al visionario enviado de los
Golen.
Empero, la Corte estaba infectada por Caballeros Templarios o Golen, que apoyaron
durante años a Colón: el Cardenal Pedro González de Mendoza; el Contador Mayor del Reino,
Don Alonso de Quintillana; el preceptor domínico del príncipe Don Juan, Fray Diego de Daza;
el Camarero del Rey, Don Juan Cabrero; el Comendador Don Gutiérrez de Cárdenas; el
astrónomo franciscano Fray Antonio de Marchena; etc. Y, la ayuda más efectiva: la de Luis
Santángel, el Escribano de Ración de la Corona aragonesa, especie de secretario del Rey de
Aragón; quien era poderoso banquero y pertenecía a una familia hebrea recientemente
convertida al cristianismo. Este personaje siniestro, en combinación con un grupo de
banqueros judíos de Génova, sería el financista de la expedición de Colón, en 1492: ofrecería
entonces un préstamo de un millón de maravedises a tan bajo interés, 1,5%, que
prácticamente decidiría a la Reina a autorizar el viaje de Quiblón.
En 1491 los Reyes se encuentran frente a Granada, en un vivaque muy grande que dará
lugar a la población de Santa Fe. Hasta allí llega Colón, ansioso por contemplar la toma de
Granada y emprender su misión. Sin embargo será nuevamente Fray Hernando de Talavera,
quien se prepara para desempeñar el cargo de Arzobispo, el que frustre sus planes e impida
que se entreviste con sus Majestades. Mas la caída de la ciudad está muy próxima y Quiblón
presiente la manifestación de YHVH. Se dirige, pues, directamente al Convento de la Rábida,
en Rus Baal, lugar consagrado a la Gran Madre Binah: espera que el Amor de la Diosa, la
Virgen de los Milagros, lo auxilie ante la inminencia de los acontecimientos del Destino. Y en la
Rábida lo está aguardando la plana mayor Golen para desarrollar el Ritual del Sepher Iche, la
Ceremonia que permite a la Inteligencia de Binah depositar en el corazón del Iniciado la
Semilla de Barro del hombre arquetípico: sólo que esta vez el Amor de Binah facilitará la
expresión del Niño Metatrón, un Aspecto Reflejo de Kether, la Corona de El Uno.
El jefe máximo de los Golen es Fray Juan Pérez, superior del Convento de Nuestra Señora
de la Rábida y Supremo Sacerdote de la Orden de Melquisedec. Lo secundarán en el Ritual,
los laicos, y los Caballeros Templarios, Pedro Velazco y García Fernández, así como el
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