Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 253
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Solís, el asistente Don Diego de Merlo, y el secretario del Rey, Pedro Martínez Camaño, se
consigue persuadir a los Reyes sobre la necesidad de instrumentar la Inquisición con todo su
vigor para extirpar del cuerpo social al judaísmo y la herejía. Así, los Reyes nombran en
Medina del Campo a los primeros inquisidores, los frailes domínicos Miguel Morillo y Juan de
San Martín, quienes actuarán jurídicamente secundados por fray Felipe de Turdes y Ricardo
de Tharsis, tío y padre de Lito de Tharsis, respectivamente. Dos edictos redactados por éstos,
concediendo un plazo para el arrepentimiento de los herejes, pasado el cual serían juzgados,
produjo numerosas conversiones, pero nada impidió que dos mil judíos fuesen quemados en
menos de un año.
Cuando en 1483 el prior del Convento de Santo Domingo de Segovia, fray Thomas de
Torquemada, es nombrado Inquisidor General de la Corona de Castilla, fray Felipe de Turdes y
Ricardo de Tharsis pasan a revistar como sus asesores jurisconsultos, a quienes se encarga
la redacción del Manual de la Inquisición moderna. La aplicación de estas leyes demostraría
claramente cuán inútil era pretender la conversión al cristianismo de los judíos, a la que ellos
accedían falsamente mientras continuaban practicando el satanismo en secreto. Frente a la
evidencia los Reyes católicos decretaron el 31 de Marzo de 1492 la expulsión de los judíos de
los Reinos de Castilla y Aragón en el plazo de cuatro meses, medida más benigna que la de
Felipe el Hermoso pero igualmente eficaz. El asilo se los brindó nuevamente Portugal pues su
Rey, Juan II, había sido educado por instructores judíos y subestimaba completamente el
peligro que aquellos representaban para la salud del Reino. Pero esta vez la protección
duraría poco, pues en 1495 muere Juan II dejando como heredero de la corona a Manuel I:
para infortunio de los hebreos este Rey estaba casado con una hija de los Reyes Católicos y
sumamente esclarecido sobre los motivos de la Inquisición española. En 1497 firma un decreto
semejante al castellano de 1492, por el cual se expulsa a los judíos del territorio portugués. El
destino del Pueblo Elegido los llevaría ahora a Holanda, particularmente a Ámsterdam, que
ganó el apodo de “La Nueva Jerusalén”, y otras ciudades importantes, así como también los
Países Bajos, donde pronto controlaron los resortes del poder, practicaron la especulación y
convirtieron a esas naciones en las potencias bancarias y masónicas que conocemos en la
actualidad.
Atrás de todas estas persecuciones españolas contra el Pueblo Elegido, naturalmente, se
encontraba la Casa de Tharsis, que procuraba frenar la llegada de Quiblón. Pero tal objetivo,
como lo sugería el Capitán Kiev, sería muy difícil de realizar: en 1484 el Gran Mago Hebreo ya
se encontraba en España y en 1492 consagraría las “nuevas tierras de la India”, habitadas por
tres pueblos “sacrificables”, a la “Gloria de Jehová Dios”.
Quiblón era un judío converso oriundo de Galicia, a los que en la Edad Media se
denominaban genoveses. Fue educado secretamente como Rabino y Cabalista. Para
favorecer su Alta Misión, se le inventó luego una historia apócrifa, oscureciendo todos los
datos que permitiesen conocer su origen y borrando las pistas de sus pasos. De ello se
ocuparían durante los siglos siguientes sus hermanos de Raza. Tal como lo exige la Cábala
para quien ha de recibir de la Shekhinah la Voz de Metatrón, el Rabbí debería poseer Setenta
Nombres; de ellos conocemos sólo algunos: Scolnus, Scolvus, Scolvo, Skolvus, Skolvo,
Kolonus, Scolom, Skolum, Colum, Colom, Colombo, Colón etc. Vale decir, que me refiero
a Cristóphoro Colombo o Cristóbal Colón, el célebre Almirante más conocido por el
“descubrimiento” del continente americano que por sus actividades esotéricas.
Quiblón venía para cumplir las profecías de Bera y Birsa, para ofrendar el Holocausto de
Agua, Mem, a YHVH Sebaoth; y para ello se había preparado muchos años y pasado por
muchas pruebas definitivas. En particular, Quiblón debió dar muestras de su dominio para
abrir las Puertas del Paraíso y cerrar las Puertas del Infierno. Esta última prueba la
demostró en 1477, cuando viajó a Groenlandia como piloto de una Armada danesa a cerrar
las Puertas de Thule. Es conveniente remitirse a esta operación de Magia Mayor para
comprender sus acciones posteriores.
Todo comienza con un inexplicable y perturbador hecho ocurrido en el siglo XIV: la
población vikinga de Groenlandia, unas diez mil personas durante el siglo XIII,
desaparece sin dejar rastros en el siglo siguiente. Para entender lo sucedido hay que
remontarse al siglo X, a la Época en la que los Golen católicos controlan a los Normandos y
avanzan hacia el Norte de Europa, sometiendo a sangre y fuego a los pueblos bárbaros y
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