Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 227
¨El Misterio de Belicena Villca¨
hiperbóreos, simbolizados por Caín, aparece planteado el conflicto metafísico de los orígenes,
pero actualizado ahora como confrontación cultural y biológica. La Raza Sagrada hebrea ha
venido a traer la Presencia de Jehová Satanás; (Presencia consciente, diferente del soplo
panteísta con que el Demiurgo anima la materia) al plano de la vida humana, de la
encarnación, del dolor y del sufrimiento. Por eso la antigua enemistad trascendente entre
Espíritus cautivos y Demonios se transforma en enemistad inmanente entre los linajes
hiperbóreos y el Universo material, dado que la Raza Sagrada es Malkhouth, el décimo
Sephiroth, es decir, un Aspecto del Demiurgo. Esto último debe entenderse así: Israel es el
Demiurgo. Vale la pena aclararlo. Según las enseñanzas secretas de la Cábala y tal como
puede leerse en el Libro del Esplendor, Sepher Yetsirah, o en el Libro del Holocausto de
Fuego, Sepher Icheh, es decir, acudiendo a las fuentes más confiables de la Sabiduría
Hebrea, para la “creación” de la “Raza Sagrada” Jehová Satanás manifiesta uno de sus diez
Aspectos o Sephiroth. El décimo Sephiroth, Malkhouth (el Reino), es el propio pueblo de
Israel, de acuerdo a los textos oficiales hebreos, el cual guarda un nexo metafísico con el
primer Sephiroth, Kether (Corona), que es la Cabeza o Conciencia suprema del Demiurgo. En
otras palabras: hay identidad metafísica entre Israel y Jehová Satanás o, si se quiere, “Israel
es Jehová Satanás”.
Como decía antes, la enemistad entre la Raza Sagrada y los linajes hiperbóreos,
enemistad que se ha visto declarada en el mito de Abel y Caín, significa un enfrentamiento
entre éstos y el Universo material, dado el carácter de Malkhouth, desdoblamiento del
Demiurgo, que ostenta Israel. Con Malkhouth, el Demiurgo ha querido imponer la realeza del
linaje sagrado hebreo a los restantes pueblos de la Tierra. Si estos pueblos gentiles han
olvidado el pasado, y se han sometido al Plan que lleva adelante la Fraternidad Blanca,
entonces aceptarán de buen grado la superioridad hebrea y el mundo marchará alegremente
hacia la Sinarquía. Pero, ¡hay de aquellos Goym que no renuncien a su herencia hiperbórea y
persistan en recordar el conflicto de los orígenes! No habrá lugar para ellos en la Tierra porque
con la Presencia de Malkhouth, el linaje sagrado de Israel, el Demiurgo asegura su
persecución e inmediato aniquilamiento. ¡Dramático destino el del Espíritu cautivo! Durante
milenios recordar el Origen, es decir, exhibir un linaje herético, era castigado por los
Demonios con un fuerte Karma, y el dolor, el sufrimiento, eran tan terribles que se acababa por
olvidar. Pero, mientras esta degradación ocurría, en el fondo de su corazón, bullendo en su
sangre, el condenado podía participar del Recuerdo de Sangre y acceder a la Gnosis; era su
derecho: si lograba elevarse desde la ciénaga de la confusión espiritual nadie podía impedirle
que recibiera la luz del Gral ni que escuchara el Canto de los Dioses. Con Israel ni esta
miserable oportunidad de despertar sería ya posible pues el conflicto fue planteado en
términos biológicos, raciales, culturales...: quien se comprometa en la contienda debe ahora
arriesgarlo todo pues al enfrentar a Israel se está enfrentando al mismo Demiurgo. Israel
avanza en la Historia con una fuerza irresistible. Sus grandes ideas van dominando poco a
poco a la Cultura de Occidente paralelamente con el crecimiento de su potencia financiera.
¿Quién será capaz de oponerse a la fuerza conjunta del judeocristianismo, de la
judeomasonería, del judeomarxismo, del sionismo, del Trilateralismo? ¿Quién podría hacer
“saltar” las bancas de Rothschild, de Jacobo Schiff, de Kuhn and Loeb, de Rockefeller,
etc.? ¿y quién competirá con los hebreos en los campos de la Ciencia o el Arte? Ya describí el
fantástico Poder Material alcanzado por la Sinarquía Templaria en la Edad Media; piense, Dr.
Siegnagel, lo que ha de representar tal Poder hoy día; contra estas fuerzas organizadas el
hombre no tiene la mínima chance. Por eso, ante tan formidable Poder, la única alternativa
estratégica válida es la confrontación racial: a la Raza Sagrada de Jehová Satanás oponer el
linaje hiperbóreo de los Espíritus cautivos. Y en este choque de linajes, en esta guerra llevada
al terreno de la sangre, el hombre despierto, aquel que recuerde y desee regresar, deberá
escuchar el Canto de los Dioses y, siguiendo una vía secreta de liberación, hallar “la salida”,
regresar al Origen, y transmutarse en Hombre de Piedra. Habrá cumplido así con la primera
parte de la Estrategia Odal. Pero si un Líder carismático, despierto y trasmutado, se pone al
frente de una comunidad racial y decide guiar a los hombres en conjunto de Regreso al
Origen, podrá aplicar en su totalidad la Estrategia Odal, aprovechando la presencia del Gral.
En este caso el Líder planteará la Guerra Total contra las fuerzas demoníacas de la Sinarquía,
pero especialmente ejercerá su máxima presión sobre la Raza Sagrada pues ella representa
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