Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 137
¨El Misterio de Belicena Villca¨
alargue su mano y tome también del Árbol de la Vida, coma de él y se torne Inmortal. Y
le arrojó Jehová Dios del Jardín de Edén para que labrara la tierra con la que fue creado.
Echó, pues, fuera al Hombre, y apostó al Oriente del Jardín de Edén, querubines
armados con Espadas de Fuego, para guardar el Camino del Árbol de la Vida” (Génesis,
3). Por lo tanto, las segundas tablas están destinadas a aquellos que desean redimirse del
pecado de Adán pero que aún permanecen sujetos a él; las primeras, en cambio, revelan la
Hokhmah a quienes se han elevado por sobre la condición humana, al “estado adámico”, y
que merecen ganar la inmortalidad que procede de Binah, la Inteligencia del Árbol de la Vida:
éstos sólo pueden ser, por supuesto, los Más Altos Sacerdotes del Pueblo Elegido. Por eso
Moisés veló al pueblo la Hokhmah y sólo la comunicó a Josué; Josué la trasmitió a los
Ancianos de Israel y éstos a los Profetas. Salomón ocultó las primeras Tablas en el Templo y
selló mágicamente el escondite, de tal modo que sólo pudieron ser halladas en el siglo XII
D.J.C. por los Templarios, quienes la transportaron a Claraval. Otros profetas, no obstante,
comunicaron verbalmente la Hokhmah a los Sacerdotes de la Gran Sinagoga, que
continuaron la cadena cabalística. Luego del cautiverio de Babilonia ya no hubo Profetas en
Israel y Esdras, el Escriba, presentó al pueblo judío la Doctrina exotérica de la Torah escrita,
basada en las segundas Tablas de la Ley. Esa doctrina fue sostenida por los Sacerdotes de la
Gran Sinagoga, que entonces se llamaron Escribas, Sofrim, hasta llegar a los Tanaítas,
Tannaim, del siglo I a III D.J.C. Los grandes cabalistas de ese período, entre los que
sobresale Simeón ben Yohaí, llamado “La Lámpara Santa”, consiguieron trascender la Torah
escrita y obtener nuevamente la Hokhmah. Posteriormente, la Torah oral fue trasmitida por los
Amoraítas, Amoraim, y Rabinos, Rabbí, hasta la Edad Media.
Aparte de la Torah escrita, tres libros pueden considerarse como los más importantes para
los cabalistas judíos: el Sepher Ha Zohar, el Sepher Yetsirah, y el Sepher Icheh. El Sepher
Ha Zohar, o Libro del Esplendor, fue escrito por Simeón ben Yohaí en el siglo II D.J.C., pero la
única versión existente desde el siglo XIII es la traducción al arameo efectuada por el cabalista
español Moisés de León. El Sepher Yetsirah, o Libro de la Formación, es más antiguo, y la
cadena cabalística tradicional hace remontar su origen a Abraham. Pero, de lejos, el libro más
secreto y misterioso, así como el más codiciado por los cabalistas es el Sepher Icheh, o Libro
del Holocausto de Fuego, el cual se supone contemporáneo de Adán y procedente, como el
primer hombre, del Jardín de Edén. En verdad, el libro original habría sido escrito en el Paraíso
por el Ángel Raziel para la instrucción de Adán, y su contenido sería la Hokhmah misma; no
se debe confundir aquel libro místico, con el “Libro de Raziel”, escrito en el siglo XII por el
cabalista Eleazar ben Judah, de Worms, y basado en noticias de segunda mano sobre las
Tablas de Zafiro.
De acuerdo con la tradición rabínica, el verdadero Libro de Raziel, Tablas de Zafiro
grabadas, habría sido robado del Paraíso por Rahab, Rey del Mar, y arrojado al Océano;
luego, sería hallado por los egipcios y permanecería durante milenios en poder de los
Faraones. Moisés lo llevaría consigo en el éxodo y lo legaría a Josué, de quien, siguiendo la
cadena cabalística, llegaría al Rey Salomón. Este obtendría su famosa Sabiduría, Hokhmah,
por la interpretación de las Tablas de Zafiro del Libro de Raziel, mas, advirtiendo su enorme
poder, lo ocultaría en el Templo de modo que sólo los Templarios Golen lo hallarían entre sus
ruinas veintiún siglos más tarde. Es claro, Dr. Siegnagel, a la luz de lo ya expuesto en esta
carta, que las Tablas de Zafiro y las Tablas de la Ley son una y la misma cosa; vale decir,
que las primeras Tablas, con la Hokhmah procedente del Árbol de la Vida, no son otra cosa
que el Libro de Raziel cedido a Moisés en Egipto por los Sacerdotes del Pacto Cultural. La
explicación es la siguiente: Si despojamos al mito hebreo de su disfraz cultural, resulta que
Rahab no es otro que Poseidón, “Rey del Mar”, y legendario Gobernador de la Atlántida.
Arribamos así a la Atlántida, el “Jardín de Edén”, patria del “primer hombre”: de aquel “Paraíso
perdido” provenían los Atlantes morenos, fundadores de la jerarquía sacerdotal egipcia.
Después del cataclismo, Ellos habrían transportado a Egipto uno de los “Libros de Cristal” que
existían en la Biblioteca de Atlantis, el cual contenía el registro de la Construcción del Universo
por el Dios Uno, YHVH Elohim. Ese Libro de Cristal sería el Libro de Raziel, en el que estaban
grabadas las treinta y dos operaciones ejecutadas por el Creador para construir el Universo:
diez Sephiroth y veintidós Letras. Con otras palabras, las Tablas enseñaban, mediante
signos, los veintidós sonidos y medidas del alfabeto sagrado “empleado por el Creador Uno,
137