Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 135
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Dragón de Sodoma, el Heraldo que anunciará nuestra llegada! Vosotros habéis visto los
extremos del proceso en esta Cueva: la sangre, degradada con el agua, y el agua,
transformada en sangre; y tras el lago de sangre, la Peste de la Muerte Final, el betún de
Judea, la Lejía negra.
¡Decid, Sacerdotes de Israel!: ¿Cuál fue la primer plaga que Jehová envió a Egipto para
imponer la Causa de Israel?
–¡El agua se transformó en sangre! –afirmó Benjamín.
–¿Y cuál fue la última plaga, con la que se aseguró el triunfo del Pueblo Elegido?
–¡La Peste en medio de los Gentiles! ¡La Peste ofrendó la vida de los Gentiles a Jehová
como holocausto por la próxima Gloria de Israel! ¡Sólo los que estaban manchados con la
Sangre del Cordero no fueron tocados por la Peste!
–¡Y ahora responded vosotros, Sacerdotes del Cordero!: ¿Cuál será la plaga que traerá el
Tercer Jinete, al Final de los Tiempos?
–¡El agua se transformará en Sangre! –respondió al instante el Abad de Claraval.
–¿Y cuál, la plaga del Cuarto Jinete?
–¡La Peste en medio de los Gentiles! ¡El Fuego Caliente los abrasará y la Peste ofrendará
sus vidas como holocausto a Jehová por la próxima Gloria del Nuevo Israel y el advenimiento
de la Nueva Jerusalén! ¡Sólo quienes tengan la sangre del Cordero y ostenten el símbolo de la
Paloma no serán tocados por la Peste!
–¿Y qué vendrá después de la Peste, cuál será la última plaga?
–¡La destrucción completa y total de la Humanidad en un Mar de Azufre y Fuego! ¡Sólo el
Nuevo Israel y la Jerusalén Celeste sobrevivirán al Supremo Holocausto Final! –sostuvo
categóricamente el Abad de Claraval, indudablemente inspirado por el discurso de los
Inmortales.
Bera aclaró el significado que se debía atribuir a aquellas respuestas extraídas del
Apocalipsis de San Juan.
–Reflexionad, Sacerdotes, sobre esas Profecías y lo que nos habéis visto hacer en esta
Cueva: de allí surgirá el Secreto del Supremo Holocausto. El Agua, la Sangre, el Fuego
Caliente, la Muerte, la Lejía, la Peste, Nosotros: he aquí el Misterio. De cómo la Maldición de
Jehová Dios, que es nuestra debilidad, puede ser nuestra Fuerza. Así fue y así será. ¡Si nos
habéis comprendido haréis Vuestras las palabras con que Jeremías condena a quienes se
apartan de la Ley: ellas representan nuestra Fuerza sobre los Gentiles!
–“Dijo Jehová; a quienes queden fuera de la Ley les tocará: el cautiverio, el hambre, la
espada, la Peste” [Jer. 15]. –El Rostro del Rabino Benjamín resplandecía al repetir las cuatro
formas de la Maldición de Jehová, pues ahora encontraba llenas de nuevo sentido las palabras
del Profeta.
–Y sabréis entonces –prosiguió imperturbable Bera– cuál es en verdad nuestra debilidad,
Misterio que los Gentiles jamás deben comprender.
Y agregó Benjamín las palabras siguientes de Jeremías:
–“Advirtió Jehová al pueblo de Israel sobre cuatro clases de males, frente a los cuales
serían débiles: Cuidaos de la Espada, porque Ella os puede Matar; Cuidaos de los Perros,
porque Ellos os pueden despedazar; Cuidaos de las Aves del Cielo, porque Ellas os pueden
devorar; Cuidaos de las Fieras, porque Ellas os aniquilarán” [Jer. 15].
–¡Así está escrito! –Aprobó Bera.
–Y contra esa debilidad poseemos cuatro remedios, que los Gentiles jamás deben
conocer –completó Birsa:
Contra la Espada, la Paz del Oro
Contra los Perros, la Ilusión de la Rabia
Contra las Aves, la Ilusión de la Tierra
Contra las Fieras, la Ilusión del Cielo.
Aquello era más que misterioso, y los Sacerdotes quedaron momentáneamente sumidos
en profundas reflexiones. El Gran Maestre del Temple, empero, que hasta entonces había
permanecido callado, pensaba en otra cosa:
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