Mi primera revista sterio de Belicena Villca editorial de la cas | Page 132

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Y continuó hablando, pues los cuatro Sacerdotes habían enmudecido. –Es la Fe en la Perfección Final que alcanzarán los creyentes en Jehová Satanás mediante el Sacerdocio de Su Culto, la que obrará los milagros más grandes. Si sois capaces de ver el Final habréis adelantado el Final, la Perfección estará en vosotros y el momento del Supremo Holocausto habrá llegado: vuestra Fe inquebrantable en la Perfección Final, y la Comprensión del Final, traerá al Presente el Fuego Caliente del Final, que calcinará al hombre imperfecto; y sobre sus cenizas lloverá luego el Agua y la Sal del Creador; y el Signo Abominable que está en la Piedra de Fuego será lavado con Lejía. Así ocurrió en Sodoma, en Gomorra, y en otras diez ciudades del Valle de Sidim, cuando Birsa y Yo alcanzamos la Perfección Final y establecimos la diferencia con la imperfección de sus pueblos, logrando que exhibieran públicamente su propia degradación: entonces descendió la Shekhinah de Dios, y los Ángeles de Dios, y cayó el Fuego del Cielo que redujo a cenizas a aquellos pueblos insensatos; y cayó después el Agua y la Sal de Dios; y surgió el Lago Asfaltitis, el Mar del Betún de Judea, el Mar Muerto; en verdad, el Mar de la Lejía. Aquel fue, Sacerdotes, nuestro Holocausto a Jehová Dios. Pero aquel Mar de Lejía no alcanzó para lavar el Signo de la Piedra: esa misión le está reservada al Pueblo Elegido de Jehová Satanás, a la Raza Sagrada de Él; cuando Ellos sean entronizados sobre todos los pueblos gentiles de la Tierra, cuando la Humanidad entera esté sujeta a su Gobierno Mundial, entonces habrá llegado el momento del Supremo Holocausto. ¡Para eso debéis trabajar sin descanso, con la Fe puesta en la Perfección Final, y el esfuerzo aplicado a conseguir la Sinarquía Universal del Pueblo Elegido! ¡Sólo el Supremo Holocausto de toda la Humanidad por los Sacerdotes del Pueblo Elegido producirá la lejía que lavará el Signo Abominable en la Piedra de Fuego! ¡Todos nuestros partidarios, los Grandes Sacerdotes, conocen este Secreto y han consagrado a sus pueblos con la Señal de la Ceniza! ¡Hasta los Sacerdotes Brahmanes han ungido a los arios con la Señal de la Ceniza, procurando cubrir el Signo Abominable y aguardando que la Gracia del Cielo les conceda el agua que forme la lejía y lave la Piedra de Fuego! ¡Por eso la ceniza ha sido siempre señal de dolor y aflicción, signo del arrepentimiento y de la penitencia: el hombre ungido con ceniza es quien pide misericordia Divina, quien se arrodilla ante el Creador y solicita Perdón por sus pecados, especialmente el más grande pecado, el de Ser Yo frente a el Uno que es todo, pecado que sólo se puede lavar con lejía! ¡Los miembros del Pueblo Elegido untan sus cabezas con ceniza en señal de penitencia, pero los Sacerdotes del Cordero agregan agua bendita a la ceniza para crear la lejía del perdón de Jehová. Mas nada salvará al hombre del Holocausto de Fuego y de la Ceniza y la Lejía del Juicio Final! ¡Jehová advirtió hace milenios contra los falsos Sacerdotes que emplean la ceniza del incienso para otorgar un falso perdón: sólo la ceniza humana constituye la lejía que lava la Señal Abominable. Y Jehová prometió convertir en ceniza a los falsos Sacerdotes que no respeten el necesario Holocausto de Fuego! ¡Repetid, Cohens de Israel, las palabras de Jehová! El Rabino Benjamín repitió en el acto. –“Un Profeta llegó de Judá a Betel, por mandato de Jehová, cuando Yeroboan estaba de pie junto al altar para quemar incienso, y empezó a gritar contra el altar, por mandato de Jehová, diciendo: ¡Altar! ¡altar! Así habla Jehová: Nacerá en la Casa de David un hijo que se llamará Yosías. Este sacrificará sobre ti a los falsos Sacerdotes de los lugares altos, a los que queman incienso sobre ti. Sobre ti, altar, quemará huesos humanos, y los huesos de los falsos Sacerdotes. Y dio aquel mismo día una señal, diciendo: Esta es la señal de que es Jehová quien habla: el altar se romperá, y se derramará la ceniza que hay en él” [I Reyes, 13,1]. –¡Así está escrito! ¡Sólo de ceniza humana se compone la lejía que reclama la Justicia de Jehová! ¡Y esa es la ceniza de la verdadera penitencia, la que emplea Job cuando confiesa sus culpas ante Jehová! No necesitó más que un gesto, Benjamín para aclarar la cita: –“Respondió entonces Job a Jehová: Reconozco que todo lo puedes y que nada te resulta irrealizable, Soy Yo el que oscurece tus planes con razones vacías de sentido. Sí; he hablado de lo que no entendía, de maravillas que me superan y que ignoro. Escúchame, permíteme que hable; Yo te preguntaré, y tú me enseñarás. Tan solo de oídas te conocía Yo, pero ahora mis ojos te ven. Por eso me reconozco culpable, me arrepiento en el polvo y la ceniza” [Job, 42]. 132