“ Teníamos que hacerlo, podíamos y finalmente... Lo hicimos”
Así terminó el discurso de Christiana Figueres, secretaria de la Convención Marco de Cambio Climático, en la plenaria de la COP21 en París. Por fin, luego de años de arduas negociaciones, de fracasos y frustraciones, los 195 países que hacen parte de la COP21 adoptaron un acuerdo universal y vinculante para enfrentar uno de los desafíos más grandes de este siglo.
Este pacto global dejó claro que no podemos exceder la temperatura global en más de 2 º C y que debemos hacer todo lo posible para limitarla a 1,5 º C, de lo contrario entraremos en un desajuste climático de consecuencias graves e irreversibles para la humanidad y la naturaleza. El mundo tiene que tomar acciones decididas como acelerar la transición hacia las energías renovables como motor del desarrollo y proteger a los más vulnerables. El Acuerdo de París estableció una meta global de adaptación que nos dirige a construir economías resilientes a los embates del cambio climático.
Para Colombia, uno de los países más vulnerables ante este fenómeno, adaptarse es la gran prioridad.
Pero tal vez, uno de los elementos que hace histórico y trascendental este compromiso, es que por primera vez un acuerdo multilateral de cambio climático reconoce el papel crucial que juegan los bosques como una respuesta integral al calentamiento de la Tierra para mitigación y la adaptación. Actualmente, la deforestación y la degradación contribuyen entre 14-21 % de las emisiones globales y en Colombia es una de las fuentes principales de emisiones de gases efecto invernadero. Frenar la deforestación, restaurar nuestros bosques y proteger y manejarlos de forma sostenible son condiciones vitales para hacerle frente al cambio climático y para construir la paz que anhelan los colombianos.
Paralelo a este momento de una nueva gobernanza climática global, Colombia también está viviendo un proceso histórico. Luego de décadas de fracasos y frustraciones, en 2016 la guerra podría quedar atrás. En este contexto, de un escenario pos conflicto al que nos estamos encaminando debemos promover un desarrollo bajo en carbono, en donde los bosques juegan un papel central.