PRÓLOGO
Las mariposas amarillas de Mauricio Babilonia estaban posadas por los rincones de la casa de madera y techos de zinc, convertida en museo, que abrió sus puertas para recibir a los visitantes que llegan a Aracataca (Magdalena) atraídos por el realismo mágico de las obras de Gabo.
Alf Beckmann, un turista alemán que leyó Cien años de soledad, recorría maravillado la cocina, en la que las mujeres Buendía elaboraban animalitos de dulce, y el comedor, donde estaba colgado un racimo de bananos que los comensales solían devorar durante el almuerzo.
“Vine a Aracataca a conocer el museo porque me gusta leer a García Márquez. Para la gente en Alemania lo que él escribe es un mundo exótico y diferente”, dijo Beckmann, en su poco español.
La reconstrucción de la casa de los abuelos de Gabo, que sirvió de laboratorio para su creación literaria, es sin duda el nuevo atractivo turístico del pueblo. Así lo sintió Aída Rosa García Márquez, quien junto con Jaime, ambos hermanos del escritor, regresaron a la casa para verificar con sus propios ojos cómo había quedado después de haber sido refaccionada por el Ministerio de Cultura.
“Cuando llegué, sentí una emoción grande, me remonté a los tiempos aquellos en que corría con mis hermanos por todo esto cuando era pura tierra con la ‘pata pelá’. El corredor de las begonias, el cuarto de los abuelos y la oficina del abuelo me traen muchos recuerdos”, dijo Aída tras realizar un recorrido por la casa.
Ella, quien junto con su hermana Rita estuvo pendiente de que la casa se hiciera lo más parecida a la original, dijo sentirse satisfecha porque siguieron sus recomendaciones. El cuarto de los guajiros, donde dormían los tres indígenas wayús que hacían parte de la servidumbre de la casa, es quizás el que más conserva su estado original. Sin embargo, desde que se entra al patio, en cuyo centro se encuentra un frondoso árbol de pivijay que reemplazó al viejo castaño donde debieron morir orinando más de dos coroneles, se puede sentir la magia de la obra garciamarquiana.
“Si bien toda la gente de Aracataca es un testimonio de la obra de Gabo, cuando vengan los turistas van a encontrar un sitio físico que reconstruye muchos momentos de uno de los personajes más importantes de la historia del país”, dijo la ministra de Cultura, Paula Marcela Moreno
Por: PAOLA BENJUMEA BRITO
26 de marzo de 2010, 05:00 am
EL TIEMPO