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MÚSICA

La soprano Adriana González y la lucha por un sueño musical

Adriana González nació en Guatemala. En 2009 Adriana tomaba clases de canto con la maestra Barbara Bickford; como una señal ese año en la entrega de premios“ Artista del Año” recibió el premio de“ Nueva Artista” y al año siguiente ganó el Primer Premio en la categoría operática del Festival Della Canzone Italiana organizado por el Instituto Italiano de Cultura. Se graduó en 2012 de Licenciada en Artes especializada en Música.

Con la firme convicción de que el canto era lo suyo, Adriana centró sus esfuerzos en su determinación por dedicarse de lleno a lo que era su pasión: la música. Sus primeros roles operáticos fueron Sussana en“ Le Nozze di Figaro” y Fiordiligi en“ Cosi Fan Tutte” de Wolfang Amadeus Mozart y Amour en“ Orfeo ed Eurídice” de Christoph Willibald von Gluck.
Salió de Guatemala en 2013 con una meta clara: sobresalir en los escenarios de Europa, y tal parece que nada ha detenido su espíritu implacable y su tesón por alcanzarla. Posteriormente a una gira de conciertos por Chipre en 2013 fue invitada por la compañía teatral de Roger Barat en Herbley, Francia para participar en sus producciones de“ Abu Hassan” de Carl Maria von Weber y“ Zanetto” de Pietro Mascagni. Al año siguiente fue invitada por el Atelier Lyrique de la Opéra National de París a interpretar el papel de Zerlina en“ Don Giovanni” de Wolfgang Amadeus Mozart en La Maison de la Culture de Seine- Saint-Denis en Bobigny, la cual además de ser una de las salas más importantes del área de París, ofrece una programación que destaca por sus atractivos montajes de música, danza y ópera. Después de formar ya parte del programa de artistas jóvenes del Atelier Lyrique interpretó el papel de Diane en“ Iphigenia in Tauris” de Christoph Willibald von Gluck en el Teatro de la comunidad urbana de Saint Quentin en Yvelines. Adriana se ha presentado en concierto en el majestuoso Palais Garnier, sin duda uno de los grandes escenarios de la ciudad parisina, bajo la batuta del maestro Jéremie Rhorer, el director de orquesta francés que fundó la orquesta Le Cercle de l’ Harmonie. También tuvo la oportunidad de ofrecer un recital en el Auditorium del conocidísimo Musée du Louvre de París.
Adriana además de ser una orgullosa guatemalteca, ama su tierra natal, le gustan los frijoles, el buen café y el clima de Guatemala. Recuerda lo que aprendió en Guatemala y aprecia lo que le ha servido su espíritu guatemalteco en Europa.
Algunos han dicho que ha tenido mucha suerte, sin embargo forjar una carrera en la música requiere de mucha disciplina y de muchos sacrificios y Adriana no ha titubeado en dedicarse al cien por ciento a la música y a renunciar a varias cosas, a ella le ha tocado estar lejos de su familia y amigos para lograr el fin de perseguir su sueño. En muchas oportunidades le ha tocado viajar por largas horas en tren para llegar directo a representar a su país en varias de las reñidas competencias internacionales de canto que reúnen a una gran cantidad de las más destacadas figuras actuales de la ópera alrededor del mundo. Ella considera que cada uno de ellos es importante ya que se constituye en una plataforma que ofrece una oportunidad más para que diversos públicos tengan un espacio para escuchar su voz. Los mismos convocan a jurados conformados por reconocidas personalidades de la industria de la ópera; célebres cantantes, directores de orquesta, de ópera, agentes y productores, se dan cita para poder contratar cantantes que tomen parte en sus compañías y producciones. Se constituyen en una pasarela para conseguir más trabajo y lograr afianzar una carrera a nivel internacional.
De esa cuenta, en agosto del año pasado obtuvo en Viena el primer lugar del concurso Otto Edelmann, el cual se realiza en honor al célebre bajo austríaco que fuera estrella de la Vienna Staatsoper. Cabe mencionar que el segundo y el tercer lugar correspondieron respectivamente a otras dos sopranos, la croata Nela Sáric y la eslovaca Slavka Zamecnikova.
En enero de este año Adriana obtuvo el segundo lugar de otro importantísimo concurso que goza de gran prestigio internacional, el Concurso Francisco Viñas, dedicado a la memoria del célebre tenor catalán. En el mismo han brillado figuras como la soprano norteamericana Tamara Wilson, el tenor mexicano Javier Camarena, la mezzo-soprano lituana Violeta Urmana, el barítono serbio Zeljko Lucic, el tenor español Antonio Gandia y el barítono catalán Vicenç Sardinero, quienes a su paso por esta prestigiosa competencia han marcado momentos inolvidables.

Un vinilo, un puente entre culturas

Adriana González.
En ese mismo concurso, Adriana además mereció tres premios más. El premio que otorga el público, un premio que ofrece el Teatro Real( por cierto, el más importante teatro de ópera de Madrid), y el reconocimiento que otorga la Internationale OpernWerkstatt, entidad que se dedica a promover y cultivar la ópera, y que cuenta con un programa que durante períodos de diez días se dedica a dar una formación integral profesional a un grupo de destacados intérpretes.
Adriana es una mujer serena y agradecida y nunca olvida dedicar cada uno de sus triunfos a Guatemala así como a las personas y maestros que han creído en su trabajo. Da gracias por todas las experiencias que le han dado la oportunidad de demostrar su preparación y su capacidad de preparación en diferentes partes del mundo y superarse cada día un poco más.
Actualmente se encuentra preparándose para interpretar a Pamina de“ Die Zauberflöte” de Wolfgang Amadeus Mozart en Viena y en septiembre interpreterá a Corinna en“ Il Viaggio a Reims” de Gioachino Rossini para hacer su debut en las temporadas de ópera del Gran Teatre del Liceu de Barcelona. ¡ Bravo, Adriana!
Adrián Lorenzana

La música une los pueblos, es una frase común y algo desgastada ya, pero que es útil para describir Puente Atlántico, un disco en vinilo, que resume en dos palabras la fuerza de un proyecto musical con un enorme acento social, producido por el sello Sabor Discos con el apoyo de la Alianza francesa de Guatemala. Esta iniciativa centra su atención en dos de los grupos poblacionales más vulnerables de este país, los niños y los jóvenes que viven en los pueblos que circundan el Lago de Atitlán y que no cuentan con los recursos necesarios para nutrirse y aún menos para ir a la escuela.

El Club Quetzal, amigos de Rigoberta Menchú creado por Vincent Simon en 1998, luego de un viaje revelador en Guatemala, es la asociación clave en esta operación de solidaridad, pues los recursos acumulados en la venta de los vinilos son destinados a los diferentes programas de interés social que intentan aportar un poco a la vida cotidiana
de estas comunidades. El contexto es más qué difícil en un país en el cual cerca de un millón de jóvenes con menos de 18 años y muchos niños y niñas tienen que trabajar, sus condiciones de vida son de pobreza extrema y en el caso de las comunidades indígenas en particular, el analfabetismo puede afectar al 60 por ciento de la población.
Puente Atlántico constituye el producto de un dialogo entre países, y representa un auténtico enlace y una conexión entre culturas tan diversas como la francesa y la guatemalteca que se pronuncian para luchar y dar aliento y un sustento a tales programas. El disco de acetato cuenta con variados géneros como la salsa y la cumbia, interpretada por los grupos La Cumbia Chicharra, Ocho y media y Cumbia ya, quienes donan una de sus últimas canciones y sus remezclas a la causa.
De un lado, se escucha la cumbia, un género y una danza nacida en el siglo XVII que como es sabido proviene de Colombia, y
que conjuga el sonido africano e indígena de la caña de millo, gaitas, tambor alegre, tambor llamador, tambora, caja, guache, maracas, acordeón, guacharaca, clarinete, y de otra parte el mismo vinilo invita a un viaje por Cuba, cuna de la salsa, un ritmo casi emblema de América latina en Europa y objeto de tantas innovaciones a través de los siglos.
Las tres agrupaciones y sus correspondientes aportes entretejen un disco rico y diverso, desde un ángulo con Cumbia Chicharra, proveniente de Marsella, conjunto que se creó en 2001 y que se inspira en grandes maestros como el legendario Lucho Bermúdez y figuras de la escena que siguen actuales como Los Corraleros de Majagual, Pedro Laza, Totó La Momposina, Lisandro Meza. Se trata sin duda de uno de los máximos y más antiguos exponentes de este ritmo en Europa, prueba de ello son sus numerosas presentaciones y giras en el ámbito internacional. Igualmente en este aparte se halla Cumbia Ya, que surge
en París, pone su toque con la voz y el son de sus 11 músicos y se consolida como un actor indispensable en la promoción de la tradición musical colombiana.
Desde otro ángulo, Ocho y media, originario de París, es un colectivo con 11 integrantes, su primer disco fue producido por Sabor Discos, y a partir de piano, timbales, congas, un bajo, bongas, dos trompetas, un trombón, saxofón y la voz de sus dos cantantes interpretan un repertorio de French Sauce Makers.
Cada voz, cada son urde la trama de un proyecto que conjuga mundos, ritmos, géneros, miradas, experiencias, historias y personas con ganas de ayudar y promover el cambio en este país, Sabor discos como asociación simboliza con claridad esta oportunidad para el intercambio cultural entre nuestras culturas, a través de una mirada abierta, sensible y con mucha sazón.
Jhon Alexander Rodríguez Castañeda
XII. Les Lettres Françaises. Julio 2017