Mi primera revista Eco hope | Page 3

El mejor negocio del planeta, así es bautizado el capítulo numero diecinueve del libro donde se habla de la gran industria que mueve el tráfico de niños futbolistas. América Latina, industria del jugador con buenas piernas y buena suerte; de su comuna pasa a una ciudad; de la ciudad pasa a un club chico de la capital del país: en la capital, el club chico no tiene más remedio que venderlo a un club grande; el club grande asfixiado por las deudas lo vende a otro club más grande de un país más grande. Y finalmente corona en Europa.

AE

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no soy más que un mendigo del buen fútbol. Voy por el mundo, por el mundo sombrero en mano, y en los estadios suplico:

-“Una linda jugadita, por el amor de Dios”.

Y cuando el buen fútbol ocurre, agradezco el milagro sin que me importe un rábano cuál es el club o el país que me lo ofrece.

Hermoso

"Nuestra región cumple funciones de sirviente del mercado" internacional."

mérica Latina no solo importa mano de obra, las piernas también son un buen negocio para la explotación en Europa. Un buen jugador es una valiosa mercancía que se cotiza, se compra, se vende y se permuta, según la ley de mercado macroeconómico y su voluntad. Hay solo un poco de espacio para la improvisación y la creatividad. Importa el resultado y el arte disminuye inversamente, el resultado es enemigo del riesgo y la aventura. Se juega para ganar o para no ser el perdedor y no para disfrutar la alegría de dar alegría. Año tras año el mundo se va enfriando. La pasión de jugar por jugar, la libertad de divertirse y divertir se van convirtiendo en nostalgia