Otra de las grandes “ramas” de los evangelios apócrifos son los de tendencia gnóstica, como El Evangelio de Felipe o el Evangelio de Tomás. Este último es el que podría aportar algún material valioso para ser considerado, al menos en parte, como fuente para la historia. Contiene 114 logia de Jesús, sin ninguna referencia a hechos de Jesús, ni narraciones.
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