Mi primera revista APROXIMACIÓN ECFRÁSTICA | Page 17

obedeciendo a Fonchito quien se transforma en el pintor y, de esta manera, Schiele pasa a hacer parte de la ficción. Lucrecia y Justiniana concretizan visualmente la descripción verbal que el niño hace de los dibujos de Schiele. Bajo la dirección de Fonchito, la madrastra y su criada imitan las poses de la figura Dos jovencitas yaciendo entreveradas: Su cabeza reposaba sobre los muslos de la muchacha y su diestra la asía de la cintura. De tanto en tanto, la presionaba, para sentir su humedad y la calidez que emanaba de ella; y, respondiendo a esa presión, en su muslo derecho los dedos de Justiniana se hundían también y la hacían sentir que la sentía(1997, p.82). Imagen 6. Egon Shiele, Dos jovencitas yaciendo entreveradas, 1915. En cuanto a la descripción de la escena representada en el cuadro, las mujeres se despojan de su identidad. Dentro de la diégesis, la escena es narrada de forma sugestiva y provocadora. La unión corporal traza un movimiento circular que se centra en las manos de las mujeres, quienes experimentan el erotismo como libertador. Fochito es un espectador voyeur que descubre las emociones de las mujeres observadas. Sin embargo, después de lograr su objetivo, involucrarlas para hacer realidad su ficción de encarnar a Egon Schiele, decide partir de la escena, dejándoles ver que conoce su secreto: “pero, ustedes, sigan jugando” ( 82) En este punto, se puede observar que el detonador que hace estallar de placer a Lucrecia, no son sus propias fantasías ni sus propios deseos, sino las fantasías y deseos de otros, de Fonchito, de Justiniana, y sobre todo de su marido, quien desde El Elogio, 17