CÓMO HEMOS CAMBIADO
Silencio para
poder escucharse
M
i vida se ha reducido a mi hogar. Mi gran compañía es mi hijo, mi
perra y mi gata. No siempre lo llevo igual. Echo en falta poder salir a
la naturaleza, aunque agradezco mucho el disponer de terra-
za. Y sobre todo, tengo unas ganas horribles de juntarme con
el resto de mi familia y amigos. Me siento muy arropada con
los vecinos, se crean vínculos fuertes de empatía en estos mo-
mentos. Observo cómo nos necesitamos las personas y la ma-
nera en la que hacemos piña.
La verdad es que nunca pensé en vivir algo así. Es una situa-
ción que yo tenía reservada para la ciencia ficción. Pero es
cierto que ahora, venga de donde venga, el mundo sabe la
vulnerabilidad del ser humano, y el poder de algo tan mi-
croscópico como un virus. Así que creo que esta pandemia
puede volver a repetirse en un futuro más o menos lejano.
Para mí todo esto guarda una gran enseñanza, aunque hasta
que no pase, no podré ponerla en orden para interpretarla.
Supongo que para todos, este tiempo gradará algún tipo de
enseñanza, algo diferente que no se sabía. De lo que sí estoy segura es de que
todo esto marcará un antes y un después. No quiero pensar en cómo encajara
esto la sociedad. Eso ya se verá...
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