Desde la redacción, hemos pensado que un momento tan extraordinario como el pre-
sente debería ser objeto de análisis o, al menos de una reflexión individual y colectiva
a través de nuestras páginas. En el fondo, hemos venido a comprobar que las circuns-
tancias que estamos viviendo están afectando notablemente a la sensibilidad personal
de los ciudadanos y también a la dinámica social de nuestro país.
El caso es que, una vez comenzado el estado de alarma, toda la redacción se ha puesto
a trabajar intensamente y desde el lugar de confinamiento. En algunas ocasiones, a
las dificultades propias de este enclaustramiento forzado, se ha unido la precariedad
de medios o las dificultades de acceso a la red. De modo que añade más mérito a la
labor individual y al resultado de esta edición de ANAQUEL.28 (que en nuestra jerga
particular, reconoceremos siempre como "Anaquel confinada").
El planteamiento que acordamos desde el consejo de redacción revestía dos aspectos.
Primero, una reflexión o comentario personal acerca de este grave asunto, bajo el
punto de vista de lo que es la cotidianeidad individual o desde la óptica social. En se-
gundo lugar, también solicitábamos un pequeño relato, una ficción imaginativa y li-
bre, que tomara como base el malévolo virus que oprime y casi llega a amordazar a
nuestro sufrido país. El resultado no deja de constituir un conjunto de artículos o his-
torias sencillas, modestas y construidas de manera urgente e improvisada. Pero, des-
de otro punto de vista, pueden leerse como el referente emocional y sensible de unos
jóvenes ciudadanos, para quienes esta enfermedad ha irrumpido en sus vidas, de ma-
nera abrupta, insospechada y hasta avasalladora.
Desde la misma redacción de ANAQUEL, no podemos por menos que agradecer el
esfuerzo, el entusiasmo y la dedicación de todos los colaboradores de la revista, en
unos tiempos tan complicados como están siendo los actuales. Satisface saber que
nuestros alumnos y alumnas son capaces de sobreponerse y superar las incertidum-
bres y la zozobra de una reclusión tan prolongada, y lo hacen dando una muestra de
verdadera vitalidad, dignidad y esperanza en el futuro. Igualmente supone un motivo
de orgullo el comprobar que estos textos hayan tenido acogida en esta pequeña edi-
ción escolar, que promovemos en el Cepa desde hace quince años. Tenemos la sensa-
ción de que nuestra revista alcanza, en esta primavera de 2020, la más alta cota de
credibilidad y mérito en toda su modesta y reciente historia.
En todo caso, queremos brindar a todos los lectores y a toda la comunidad educativa
del Cepa Escuelas Verdes, estas tres publicaciones digitales, escritas y forjadas desde
el confinamiento y la reclusión, pero realizadas desde la sensibilidad y el entusiasmo
de nuestros infatigables colaboradores. Por efecto de la tecnología digital, estas pági-
nas vuelan ahora libres y sugerentes ante los ojos y la mente de todas las personas
vinculadas a nuestro centro de estudio y de trabajo.
Ojalá que estas páginas sirvan como preludio a un próximo y feliz reencuentro en las
aulas. Nada nos agradaría más que este conjunto de escritos e imágenes sirvieran pa-
ra dar carpetazo a una forzada ausencia, impuesta por el latigazo de la enfermedad.
Julio Díaz. Abril de 2020
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