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• Identificar habilidades, aptitudes e igualmente debilidades evidenciadas en los estudiantes de acuerdo a los puntajes obtenidos en relación con los niveles de desempeño establecidos en cada una de las competencias evaluadas.
• Analizar marcos conceptuales para reflexionar sobre la práctica docente y procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación en el aula.
• Promover las competencias metacognitivas, que permitan valorar el logro de los objetivos, coherente con las estrategias de enseñanza seleccionadas.
• Suministrar información para la planificación, diseño, organización, desarrollo y evaluación de procesos académicos, con fines de mejora.
Una de las principales razones por las cuales los simulacros son una herramienta pedagógica necesaria para enfrentar con mayor capacidad las diversas y futuras pruebas de Estado, tiene que ver con transformar la educación y viabilizar su enseñanza partiendo del análisis de las situaciones que generen acciones de mejora sostenibles en el tiempo a través de una práctica sostenida, incitando a movilizar en los estudiantes sus conocimientos y habilidades con una pedagogía activa, cooperativa y abierta.
Diversos estudios han señalado los cambios que deben desafiar quienes tienen la responsabilidad de formar a los futuros profesionales a fin de responder al contexto actual. Por eso es necesario que las IES estén alineadas con las capacitaciones ofertadas por el ICFES para poder brindarles a los próximos graduados el desarrollo de competencias para la vida, y así ofrecerles las herramientas necesarias para enfrentarse a los requerimientos en el mercado laboral, de calidad y para potenciar la interdisciplinariedad y, finalmente, adaptarse a la interdisciplinariedad y, finalmente, adaptarse a la incorporación de las competencias en la definición del perfil formativo como una respuesta a estas solicitudes.
Las propuestas de perfiles formativos con base a competencias en su concepción holística permiten reflexionar sobre los diseños curriculares, las prácticas de enseñanza y
evaluaciones que se realizan (Benzanilla, 2003) (Yaniz y Gallego, 2008).
Por consiguiente, la realización de simulacros genera condiciones donde la práctica es conceptualizada, el estudiante se enfrenta a la presión del tiempo; además, se habilitan los espacios de incertidumbre, es decir, una situación pensada y dispuesta para la tarea de aprender una práctica. El cambio fundamental se encuentra en cómo se aprenden los contenidos, ya que se trata de ofrecer experiencias de aprendizaje que colaboren en el proceso de desarrollo de las competencias seleccionadas con estrategias de enseñanza que lo favorezcan.
En este sentido, la voz activa en sus experiencias implica que sean protagonistas de sus propios aprendizajes, permitiendo integrar la evaluación al proceso formativo mediante el uso de simulacros para el desarrollo de competencias, y si desde el discurso se pretende formar profesionales con pensamiento crítico, debe entonces fusionarse la acción, la reflexión, la teoría y la práctica como un espacio de construcción conjunta.
herramienta pedagógica para transformar la educación y viabilizar su enseñanza"
referencias
Estrategia Mejor Saber. (2012-2017). Informe histórico de resultados institucionales.
Revista Educere. (2005): “La evaluación de Competencias Complejas: la práctica del portafolio”. Recuperado de: [https://www.redalyc.org/revista.oa?id=356]
Gallego Badillo, R., Pérez Miranda, R. y Torres De Gallego, L. (2007) “Didáctica de las Ciencias. Aportes para una discusión”. Colección Didáctica. Bogotá: Ed. Univ. Pedagógica Nacional. Recuperado de: [http://www.planificar-ensenar-aprender-y-evaluar-por-competencias.pdf]
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