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MAGAZINE
ENTREVISTA
AUREO DÍAZ-CARRASCO
DIRECTOR EJECUTIVO FEDIT
Tecnológicos cuando se trabaja en el marco
de un proyecto de I+D+I subvencionado
con fondos públicos.
• Ofrecemos impulsar la oferta de
capacidades de los Centros Tecnológicos
en sectores en los que hasta el momento no
han tenido suficiente presencia, por muy
diversos motivos.
• Desbloquear los presupuestos públicos
de I+D+I y publicación de programas
específicos de apoyo a la I+D+I en el
escenario postCOVID. He de decir que esta
medida ya se ha puesto en marcha desde
las administraciones regionales y estatales.
• Impulsar y agilizar los procesos de Compra
Pública Innovadora
• Flexibilizar las condiciones de
participación en proyectos públicos de
I+D+I (donde la situación económica era
hasta ahora un filtro que puede convertirse
en una barrera insalvable para muchos en el
futuro), justificación de costes y, sobre todo,
condiciones de responsabilidad solidaria
dentro de un consorcio (donde ahora habrá
más posibilidades de trabajar con empresas
que no consigan sobrevivir a la crisis, sin
que por ello deban arrastra al consorcio en
el que estén participando en un proyecto
de I+D+I financiado con fondos públicos)
• Agilizar procesos de homologación de
productos
La urgencia en el tiempo, Aureo, es fundamental en
todo esto que estamos hablando; no negamos que
hay que pararse a pensar las cosas, pero cualquier
retraso importante en la toma de decisiones puede
hacer que lleguemos tarde. ¿Considera que desde las
altas instituciones gubernamentales se ha otorgado
la suficiente atención y en su justo tiempo a la hora
de priorizar la labor investigadora?
Son circunstancias complejas y todos pedimos más
celeridad a la hora de aplicar medidas. Además
hemos visto que en muchos casos lo importante
ha sido sustituido por lo urgente, y también es
comprensible. Sin embargo esperábamos un mayor
grado de coordinación entre las administraciones
públicas y una mayor rapidez para adoptar medidas,
especialmente en aquellas de calado que deben
perdurar durante los próximos años.
Como hemos venido advirtiendo desde hace
años, el mayor peso de la ciencia, la tecnología y la
innovación no es algo que se consiga de un año para
otro. Es necesario persistir durante años, tener una
estabilidad en las propuestas que se adoptan y en
los fondos que se asignan, y generar una confianza
en los agentes para que éstos puedan planificar su
participación con suficiente antelación. Y eso no se
ha hecho hasta ahora, y es cada vez más urgente que
se pongan las bases para ello.
Asistimos desde hace años a un discurso a favor de la
innovación, la competitividad y la ciencia que llega
a la sociedad. Pero no termina de hacerse real. El
problema es que, una vez más, corremos el riesgo de
llegar tarde, o de llegar a la vez que otras demandas
de la sociedad que también es necesario atender y
que necesitan, probablemente, muchos más recursos
públicos que la I+D+I.
Necesitamos atender las demandas de mantenimiento
de empleo, sanitarias, o educativas, y es justo que así
sea, pero si eso implica que la ciencia, la tecnología
y la innovación quedan relegadas de nuevo porque
no hay suficientes recursos, volveremos a sacrificar
el crecimiento de la competitividad de nuestra
sociedad. Es algo que nos preocupa mucho y que
aún no tenemos garantizado que no vaya a suceder.
Como ejemplo de lo que digo, hace poco el Gobierno
ha presentado un plan de choque para la Ciencia y la
Innovación, que por supuesto es bienvenido porque
incide en la necesidad de que haya más I+D+I en la
sociedad. Pero la apuesta económica que se hace
en este año 2020 no ha sido, desde nuestro punto
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