comparable a la del cemento. Es un tejido muy sensible a las presiones, en tanto
las fuerzas tensionales actúa como estímulo para su formación.
Estructura anatómica del hueso alveolar
Los bordes alveolares esa, al ser una extensión de cuerpo ósea de los maxilares,
según la curvatura de los respetivos arcos dentarios, formando las paredes de una
serie de cavidades cónicas, abiertas por sus bases: los alveolos dentarios, que
alojan las raíces de los dientes. Estos alveolos pueden ser cavidades simples o
compuestas, con dos o tres tabiques internos, según los ocupen dientes uni, bi o
trirridiculares.
Vascularización e inervación
La irrigación sanguínea de los procesos alveolares proviene de las arterias
maxilares superior e inferior. Estas originan las arterias intratabicales, que corren
de forma prácticamente recta por los tabiques alveolares interdentales e
interarticulares.
Biopatología y consideraciones clínicas
En este apartado se considerará, en primer lugar, la patología del periodonto que
afecta al hueso alveolar, así como la patología, más significativa, que afecta
propiamente a dicho hueso y que puede incidir en la patología de la región. En
segundo lugar, se considerarán también en este apartado, las bases histológicas
del remodelamiento continuo del tejido óseo alveolar y su significación clínica, así
como los mecanismos histológicos de reparación tras la extracción dentaria y el
sustrato histológico de las nuevas terapéuticas utilizadas en la patología del
periodoncio de inserción.
La remodelación continua del tejido óseo alveolar es consecuencia de su gran
actividad metabólica. Se trata de un tejido óseo muy sensible a las fuerzas que
generan presión, las cuales provocan resorción de la matriz a las fuerzas que
generan tensión, las cuales, en cambio, estimulan la producción de nuevo tejido
óseo.
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