Mi primera publicacion Revista de Evolución | Page 23

Cerebros minúsculos

en unos

cuerpos que no eran nada pequeños.

-Fred Grine, paleantropologo

Por su morfología general parecían lo bastante avanzados como para ser clasificados como Homo, pero las cajas craneales eran diminutas: apenas 560 centímetros cúbicos para los machos y 465 para las hembras, una cifra muy inferior al promedio de 900 centímetros cúbicos observado en H. erectus, y menos de la mitad de nuestro volumen craneal. Un cerebro grande es condición sine qua non para ser humano, el sello incon fundible de una especie que ha evolucionado para sobrevivir gracias a su ingenio. Los individuos hallados en Rising Star no eran humanos. «Es rarisimo- declaró más adelante Fred Grine, de la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook: cerebros minúsculos en unos cuerpos que no eran nada pequeños.» Los machos adultos medían alrededor de 1,50 metros y pesaban unos 45 kilos, y las hembras eran un poco más menudas. «Todo indica que fue un animal situado justo en el punto de inflexión entre Australopithecus y Homo», dijo Berger cuando el taller se acercaba a su fin. En algunos aspectos el nuevo hominino de Rising Star era todavía más cercano a los humanos modernos que Homo erectus. Para Berger y su equipo, el hallazgo pertenecía claramente al género Homo, pero era diferente de todos los demás miembros del grupo, por lo que no tuvieron más opción que poner nombre a una nueva especie: Homo naledi, en alusión a la cueva donde habían encontrado los huesos, ya que naledi significa estrella en sotho, la lengua local.

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Homo Naledi