Durante ese nebuloso paréntesis de un millón de años, un animal bípedo llegó a ser un incipiente ser humano, una criatura que no solo era capaz de adaptarse a su entorno, sino también de utilizar su mente para cambiarlo .
¿Cómo se produjo esa revolución? El registro fosil es de una ambigüedad frustrante. Un poco más antigua que H. erectus es una especie llamada Homo habilis, así bautizada por Louis Leakey y sus colegas en 1964 porque la creían responsable de los útiles de piedra que estaban encontrando en la garganta de Olduvai, en Tanzania.
En la década de 1970 diversos equipos dirigidos por Richard, el hijo de Louis, des- cubrieron más especímenes de H. habilis en Kenya, y desde entonces la especie ha sido el inestable tronco del árbol de la familia humana, que la ha mantenido bien arraigada en el este de Africa. Antes de H. habilis la historia humana se sume en la oscuridad, con unos pocos fósiles de Homo muy fragmentados y pocos distintivos para asignarles un nuevo nombre de especie.
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