Mi primera publicacion planeacion participativa | Page 35

183. Por todas estas consideraciones nosotros pensamos que el sistema de delegación no debilita sino cualifica el proceso de planificación participativa debido a que las y los delegados son personas que llegan a las reuniones preparadas y empapadas de la problemática de sus respectivas comunidades. d) Cómo evitar que los y las delegadas se separen de sus bases 184. Entendemos la preocupación de quienes advierten el peligro de que las personas que han sido electas puedan dejar de ser “la voz de sus comunidades” y empiecen a actuar por su cuenta y propongan su propio listado de aspiraciones. Pensamos que no hay mejor medida contra esa posible desviación que la rendición de cuentas de las delegadas y delegados ante las comunidades que los eligieron y la transparencia de todo el proceso: por ejemplo, que el listado de obras y servicios priorizados por la comunidad se ponga en lugares públicos y que la asamblea de delegados (voceras y voceros) sea abierta a todos los ciudadanos y ciudadanas que deseen asistir. En el caso de que sea posible también es muy útil hacer públicas las informaciones respectivas vía Internet. 185. En algunas experiencias asamblearias recientes, como la de los estudiantes chilenos, para asegurar que las y los delegados cumplan el mandato de la asamblea, se inventó la figura del “veedor”, una especie de comisario político de la asamblea: su tarea es vigilar que los dirigentes electos para representarla no se alejen de lo acordado en ella. 186. Por otra parte, las asambleas abiertas pueden ser manipuladas por partidos políticos o grupos económicos. Éstos pueden usar su poder económico y capacidad de movilización para acarrear gente y lograr así aprobar sus propuestas. Las mafias suelen realizar acciones planificadas para defender sus intereses, no hay que ser ingenuos frente a esta realidad. 187. Y, por supuesto, es muy importante que los electores o electoras seleccionen correctamente a quienes serán sus futuros delegados o delegadas. Y sobre ello nuevamente la experiencia venezolana nos da luces. Ella nos ha hecho ver cuán importante es que la elección de las y los voceros se prepare con seriedad y que la gente haya conocido a sus candidatas o candidatos a través de su comportamiento y no sólo de discursos. 188. ¿Y cómo pueden darse a conocer estas personas? Experiencias prácticas exitosas de algunos consejos comunales nos dicen, por ejemplo, que ha sido muy positivo que antes de elegir a sus miembros, quienes se autoproponen como candidatos colaboren en la elaboración de la base de datos de su comunidad visitando a las familias casa por casa, porque a así se ven obligados a tomar contacto con cada familia de la comunidad. También ha sido muy útil el que hayan elaborado con la gente una breve historia de esa comunidad, lo que les permite conocer mejor la realidad a la cual van a servir. 189. No basta entonces que los candidatos sean capaces de pronunciar bellos discursos para ser electos, es importante que los habitantes de su comunidad hayan podido constatar su verdadera vocación de servicio. Así se evita elegir a quienes buscan estos cargos como trampolín para una carrera política personal. Más adelante nos referiremos a quiénes deben conformar estas asambleas en los distintos niveles del proceso de planificación y cuáles son sus tareas. e) La participación ciudadana en las comunidades: un sistema de democracia directa 190. La participación en el proceso de planificación participativa comunitario debe estar abierta a todas las personas interesadas, sin que importe el color político, el rigen étnico, la orientación sexual, etcétera. Ellas pueden y deben asistir y expresar sus opiniones y recomendaciones en las asambleas de ciudadanas y ciudadanos de su comunidad. Y dentro de lo posible, cada habitante de la comunidad debe participar activamente apoyando de diferentes maneras el proceso: asistiendo a alguno de los grupos de trabajo que se conformen durante el proceso de planificación participativa, dándole seguimiento a las obras, colaborando en la convocatoria a las reuniones, entre otras. 35