Implica la aceptación de la desorientación, la inmunidad al vértigo y la adaptación al mareo, y la tolerancia de la ausencia de itinerario y de dirección y de lo indeterminado de la duración del viaje.
La velocidad, y no la duración, es lo que importa. A la velocidad correcta, es posible consumir toda la eternidad dentro del presente continuo de la vida terrenal.
La vida líquida es devoradora, efímera y busca la destrucción creativa.
En la vida líquida, la distinción entre consumidores y objetos de consumo es, muy a menudo, momen- tánea y efímera, y siempre condicional.
La "destrucción creativa" es el modo de proceder de la vida líquida, pero lo que ese concepto silencio- samente pasa por alto y minimiza es que lo que esta creación destruye son otras formas de vida y, con ella, indirectamente, a los seres humanos que las practican.
Bauman y la modernidad líquida
Sobre las redes sociales, Bauman opina que:
"El diálogo real no es hablar con gente que piensa lo mismo que tú. Las redes sociales no enseñan a dialogar porque es tan fácil evitar la controversia… Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara. Las redes son muy útiles, dan servicios muy placenteros, pero son una trampa"
"Las redes sociales son una trampa"
El sociólogo polaco de origen judío siempre expresó de forma crítica hacia las redes sociales y el mundo de Internet, pese al gran predicamento que tenía en estas platafor- mas.
El pensador afirmaba también que "Inter- net adormece las mentes" y ha conseguido que la gente haga un "activismo de sofá".
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