Factores asociados y consecuencias
Algunas causas . . .
Existen un conjunto de variables familiares, escolares, sociales, culturales y personales que pueden prevenir o acrecentar los comportamientos de bullying. Algunos autores (Soutter y McKenzie, 2000) consideran que el determinante más importante de la conducta de bullying es el contexto en el que ocurre. Con todo, es más probable que aquellos chicos y chicas que tienen un comportamiento agresivo se conviertan en agresores. A menudo han sido testigos o víctimas de violencia en su propia casa (Baldry, 2003;Spillane-Grieco, 2000; Gibb et als., 2004).
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Se meten con otros chicos y chicas que son diferentes a ellos en alguna forma, aquellos que son callados, tímidos, están solos en el patio de recreo o les resulta difícil defenderse. Los niños y niñas que tienen alguna discapacidad o tienen necesidades educativas especiales tienen también mayores probabilidades de ser objeto de bullying (Nabuzoka y Smith, 1993). En cualquier caso, el agresor o agresores eligen a sus víctimas entre aquellas que creen que no les van a delatar, que no les van a hacer frente con éxito, que no tienen amigos o amigas, que no tienen vínculos grupales,….. en definitiva que están en una situación de inferioridad real o percibida (Orte et als., 2002).
Todos los niños y adolescentes tienen riesgo de sufrirlo pero hay seis factores que aumentan su vulnerabilidad: discapacidad, género, estatus social, diferencias culturales, apariencia física, expresión de identidad y orientación sexual. (La razón, 2018).
Los más vulnerables