Mi primera publicacion ENA_2018 | Page 267

267 retenido en el follaje, el 30 % llega al suelo y el 44 % es exportado a la atmósfera y a los sistemas acuáticos por escorrentía y lixiviación (Álvarez, 2016); (Gladstone & Hruska, 2003); (Quenguan & Eraso, 2015). La contaminación del agua, aire, suelo y medio am- biente ha hecho que los plaguicidas se hayan disemi- nados por las cadenas tróficas, lo que ha contaminado los alimentos y convertido en un problema global de gran magnitud que es motivo de preocupación para la comunidad, las autoridades sanitarias y ambien- tales, y que llama la atención mundial para orientar los esfuerzos en abordar lo relacionado al impacto en la salud y el ambiente (Alcaldía Mayor de Bogotá, Secretaría Distrital de Salud, 2011); (Badii & Varela, 2008); (Quenguan & Eraso, 2015); (Van Dyk & Plets- chke, 2011). Por todo lo anterior, se puede concluir que la exposi- ción de los humanos a plaguicidas puede ocurrir por contacto directo o indirecto, arrastre por el viento, por el agua, por tomarlo del suelo contaminado, por múltiples vías y diversas fuentes del ambiente (Sán- chez et al., 2016); (Schosinsky, Quintana Guzmán, & Ruepert, 2009). En Colombia, al igual que en la mayoría de los países, existe el uso masivo e indiscriminado de plaguicidas, tanto en el área agrícola como en el sanitario, lo cual ha generado escenario propicio para la aparición de intoxicaciones agudas y crónicas que se constituyen como un problema emergente de Salud Pública (Al- caldía Mayor de Bogotá, Secretaría Distrital de Sa- lud, 2011); (Weinberg, 2009). La industria de plaguicidas en Colombia inició en 1962 con el proceso de formulación y la síntesis de algunos ingredientes activos. En 2015 el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) registró 1 760 formulaciones de plaguicidas de uso agrícola, au- mentando en el 2016 a 1 904 (Instituto Colom- biano Agropecuario, 2016); (Instituto Colombiano Agropecuario, Subgerencia de Protección Vegetal, Dirección Técnica de Inocuidad e Insumos Agríco- las, 2017). El consumo en Colombia en el 2015 fue de 58  088  874 toneladas métricas de plaguicidas (Instituto Colombiano Agropecuario, 2016) y de 74  975  040 para el 2016 (Instituto Colombiano Agropecuario ICA Subgerencia de Protección Vege- tal Dirección Técnica de Inocuidad e Insumos Agrí- colas, 2017), ubicándose como uno de los países con mayor consumo de plaguicidas en América Latina (Cárdenas, Díaz, Castañeda & Beltrán, 2015); (Cár- denas, Silva, & Nava, s.f. ) con un promedio de más de 10 toneladas por cada 1 000 hectáreas de tierra cultivable y cultivos permanentes (Superintendencia de Industria y Comercio. Estudios Económicos Sec- toriales, 2013). Pese a lo anterior, no solo en Colombia el uso de plaguicidas constituye un problema de salud y me- dio ambiente. De acuerdo con lo reportado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en el Informe de la Salud, la exposición a contaminantes químicos en América Latina es un problema de salud pública insuficientemente atendido y la producción y el uso de compuestos químicos en las últimas déca- das se ha incrementado significativamente (Instituto Nacional de Salud, 2017). El objetivo del presente informe es describir de for- ma general la frecuencia de uso de plaguicidas por grupo químico, categoría toxicológica y blanco de aplicación, en 24 departamentos durante el perio- do 2013–2016, para contribuir con información de gran importancia en salud pública . Agua, salud y medio ambiente