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La permeabilidad del suelo se relaciona con la textu-
ra y la estructura; el tamaño de los poros del suelo
reviste gran importancia con respecto a la tasa de
filtración (movimiento del agua dentro del suelo) y a
la tasa de percolación (movimiento del agua a través
del suelo). El tamaño y el número de los poros guar-
dan estrecha relación con la textura y la estructura
del suelo, y también influyen en su permeabilidad.
Por regla general, mientras más fina sea la textura del
suelo más lenta será la permeabilidad (FAO, 2018).
Para el presente trabajo se consideró la textura del
suelo definida como la proporción de componentes
inorgánicos de diferentes formas y tamaños como
arena, limo y arcilla. La textura es una propiedad im-
portante, ya que influye como factor de fertilidad y
en la habilidad de retener agua, aireación, drenaje,
contenido de materia orgánica y otras propiedades
(FAO, 2018).
El uso de la tierra y la cobertura afectan las condicio-
nes de la superficie del suelo, lo que puede reducir
o mejorar la infiltración. La cobertura favorece la in-
filtración del agua y protege el suelo de la erosión y
el resecamiento (Matus, 2007). La capacidad de infil-
tración del suelo mejora con la hojarasca y las raíces
y de esta manera se promueve la actividad animal en
el suelo (macroporosidad), y las raíces favorecen re-
distribución hidráulica de flujos de agua (U. Ilstedt,
2016). Igualmente, los bosques andinos influyen en
la regulación hídrica, el rendimiento hídrico y la pro-
tección del suelo, (Cosude, Helvetas & Condesan,
2015).
La inclinación de la pendiente influye en la escorren-
tía. A medida que aumenta su inclinación aumenta la
velocidad de escorrentía y se modifican las condicio-
nes de suelo y la recarga (Matus, 2007).
Las rocas pueden transmitir y almacenar el agua. La
naturaleza y distribución de los acuíferos y acuitardos
Estudio Nacional del Agua
2018
en un sistema geológico es controlado por la litolo-
gía, la estratigrafía y la estructura de los depósitos y
formaciones. La litología es la composición física de
los sedimentos o las rocas que componen un siste-
ma geológico, incluyendo, la composición mineraló-
gica y el tamaño y empaquetamiento de granos. La
estratigrafía describe las relaciones geométricas y
cronológicas entre varios lentes, capas y formacio-
nes en un sistema geológico de origen sedimentario.
Las características estructurales tales como cliva-
jes, fracturas, pliegues y fallas son las propiedades
geométricas de los sistemas geológicos producidos
por deformación después de la deposición o cristali-
zación (Freeze & Cherry, 1979).
Para este caso, donde se busca delimitar las zonas
potenciales de recarga, los factores específicos ana-
lizados para evaluar el favorecimiento de la recarga
fueron los tipos de cobertura e inclinación de la pen-
diente, la textura del suelo y desde el punto de vista
geológico la litología (porosidad primaria y disolu-
ción) y aspectos estructurales (porosidad secunda-
ria, fracturamiento por fallas principalmente).
Dado que la recarga no se estima en el presente es-
tudio, el aspecto climático no se sumó como parte de
la ecuación, como se puede apreciar en la metodolo-
gía. El énfasis en este estudio está dado por la deli-
mitación de las zonas potenciales de recarga.
Por lo tanto, para este estudio se definieron como
Zonas potenciales de recarga de aguas subterrá-
neas (ZPRAS) aquellas áreas que, por sus caracterís-
ticas intrínsecas o atributos físicos mayoritariamen-
te, poseen una serie de factores que permiten que el
agua esté en contacto con la superficie del terreno
y, eventualmente, se infiltre y se percole a través del
suelo y subsuelo para hacer parte de la recarga o flujo
de agua subterránea. En este sentido, la metodología
está referida a la Recarga Potencial Natural Vertical.