Mi primera publicacion ENA_2018 | Seite 136

136 La permeabilidad del suelo se relaciona con la textu- ra y la estructura; el tamaño de los poros del suelo reviste gran importancia con respecto a la tasa de filtración (movimiento del agua dentro del suelo) y a la tasa de percolación (movimiento del agua a través del suelo). El tamaño y el número de los poros guar- dan estrecha relación con la textura y la estructura del suelo, y también influyen en su permeabilidad. Por regla general, mientras más fina sea la textura del suelo más lenta será la permeabilidad (FAO, 2018). Para el presente trabajo se consideró la textura del suelo definida como la proporción de componentes inorgánicos de diferentes formas y tamaños como arena, limo y arcilla. La textura es una propiedad im- portante, ya que influye como factor de fertilidad y en la habilidad de retener agua, aireación, drenaje, contenido de materia orgánica y otras propiedades (FAO, 2018). El uso de la tierra y la cobertura afectan las condicio- nes de la superficie del suelo, lo que puede reducir o mejorar la infiltración. La cobertura favorece la in- filtración del agua y protege el suelo de la erosión y el resecamiento (Matus, 2007). La capacidad de infil- tración del suelo mejora con la hojarasca y las raíces y de esta manera se promueve la actividad animal en el suelo (macroporosidad), y las raíces favorecen re- distribución hidráulica de flujos de agua (U. Ilstedt, 2016). Igualmente, los bosques andinos influyen en la regulación hídrica, el rendimiento hídrico y la pro- tección del suelo, (Cosude, Helvetas & Condesan, 2015). La inclinación de la pendiente influye en la escorren- tía. A medida que aumenta su inclinación aumenta la velocidad de escorrentía y se modifican las condicio- nes de suelo y la recarga (Matus, 2007). Las rocas pueden transmitir y almacenar el agua. La naturaleza y distribución de los acuíferos y acuitardos Estudio Nacional del Agua 2018 en un sistema geológico es controlado por la litolo- gía, la estratigrafía y la estructura de los depósitos y formaciones. La litología es la composición física de los sedimentos o las rocas que componen un siste- ma geológico, incluyendo, la composición mineraló- gica y el tamaño y empaquetamiento de granos. La estratigrafía describe las relaciones geométricas y cronológicas entre varios lentes, capas y formacio- nes en un sistema geológico de origen sedimentario. Las características estructurales tales como cliva- jes, fracturas, pliegues y fallas son las propiedades geométricas de los sistemas geológicos producidos por deformación después de la deposición o cristali- zación (Freeze & Cherry, 1979). Para este caso, donde se busca delimitar las zonas potenciales de recarga, los factores específicos ana- lizados para evaluar el favorecimiento de la recarga fueron los tipos de cobertura e inclinación de la pen- diente, la textura del suelo y desde el punto de vista geológico la litología (porosidad primaria y disolu- ción) y aspectos estructurales (porosidad secunda- ria, fracturamiento por fallas principalmente). Dado que la recarga no se estima en el presente es- tudio, el aspecto climático no se sumó como parte de la ecuación, como se puede apreciar en la metodolo- gía. El énfasis en este estudio está dado por la deli- mitación de las zonas potenciales de recarga. Por lo tanto, para este estudio se definieron como Zonas potenciales de recarga de aguas subterrá- neas (ZPRAS) aquellas áreas que, por sus caracterís- ticas intrínsecas o atributos físicos mayoritariamen- te, poseen una serie de factores que permiten que el agua esté en contacto con la superficie del terreno y, eventualmente, se infiltre y se percole a través del suelo y subsuelo para hacer parte de la recarga o flujo de agua subterránea. En este sentido, la metodología está referida a la Recarga Potencial Natural Vertical.