Mi primera publicacion DIBUJOS_ANIMADOS | Page 19

Parte 2 Edad de los mamuts y el primer hombre, Parte 3 Fuego y el triunfo del hombre"), según reproduce Robin Allan en su libro Walt Disney and Europe, añadiendo (p. 127): "La segunda y tercera parte fueron abandonadas porque los fundamentalistas habían puesto fuertes objeciones al componente evolucionista". Aunque se vio obligado a renunciar a mostrar el origen del Hombre, Disney tuvo el valor en 1940 de enseñar el evolucionismo a todo el mundo en su película. No es poco. En 1925 en Tennessee se había juzgado y encontrado culpable al maestro de biología John Scopes por incluir el evolucionismo en su clase. Recientemente, y por increíble que parezca, con el apoyo de George W. Bush se intentó implantar en las escuelas americanas una nueva forma de creacionismo llamado "diseño inteligente", para erradicar el evolucionismo. En el año 2005 hubo un sonado juicio en los EE.UU. porque en una localidad trataron de imponer en las escuelas el "diseño inteligente" y los profesores de ciencias se negaron. El diseño inteligente consiste en afirmar que los organismos complejos no se formaron mediante la evolución sino que fueron diseñados por un "agente inteligente". Creacionismo puro y duro. Disney no fue el único cineasta en enfrentarse a la lectura bíblica tomando partido por el evolucionismo. Max Fleischer hizo en 1939 cortometrajes educativos en apoyo del evolucionismo. Pat Sullivan, en cambio, lo trata de un modo muy ambiguo y divertido: en 1924 hace que sean los monos los que se indignen por considerarles antecesores de los ridículos humanos en Felix doubles for Darwin. La guerra del creacionismo al evolucionismo está muy lejos de haber terminado, y resulta triste que la nueva empresa Disney, en el folleto incluido en su lanzamiento del video de Fantasía en 1991, en edición conmemorativa de lujo, trate de contentar a los creacionistas presentando así la secuencia de "La consagración de la Primavera": "Haciendo una cuidadosa investigación, el célebre artista (se refiere a Walt Disney) consultó astrónomos y paleontólogos, estudió sabiamente la materia y reconstruyó esqueletos sólo para descubrir que la comunidad científica estaba en desacuerdo. Muchos de los supuestos conocimientos de las edades Proterozoica, Paleozoica y Mesozoica estaban basados realmente en conjeturas. Sin embargo el artista llegó a tener una emocionante y dramática visualización de la vida prehistórica". Antes de juzgar a Disney hay que tener en cuenta la época que le tocó vivir. La América religiosa y racista del Código Hays. Lo que hizo fue seguir la ideología dominante, es decir, lo que le dejaron hacer. Estas son palabras suyas de 1938 sobre las dificultades del proyecto Reynard, the Fox, que debía mostrar a un bandido simpático y que tuvo que abandonar: "The Hays Office is down on glorifying crooks because of churches and so on. They have a terrific influence" ("La oficina Hays echa abajo la glorificación de delincuentes a causa de las iglesias. Tienen una terrible influencia"). El cine americano, como el español del franquismo, fue un cine censurado y manipulado por las iglesias. A pesar de eso, Disney hizo grandes películas. Algo cambió en América y al final de los años sesenta. Fantasía asombró a un nuevo público que no sospechaba que iba a encontrarse con un Disney heterodoxo y contracultural. Para muchos es una de las obras maestras del cine. A nivel personal, la secuencia de la noche en el monte Pelado es mi favorita de toda la obra de Disney, junto a Dumbo, Pinocho y 101 dálmatas, un puñado de obras maestras. Se ha querido ver el universalismo de Disney como una simple estrategia para lograr amplios mercados, reduciendo sus aspiraciones a las de un hombre de negocios, pero su interés por la perfección artística a cualquier precio lo desmiente. Y Walt no fue un artista solitario, sino que grandes creadores trabajaron para él. No se les ha hecho la justicia que sin duda se merecen. Ni a ellos ni a los grandes animadores y creadores de otros estudios. María Luz Morales, en la página 387 del segundo volumen de su Historia del Cine editado en 1950 por Salvat Editores, escribe: "Walt Disney es un valor completo y pujante", afirma Del Amo, y sus creaciones podrán figurar en un museo futuro,