y sangriento que ronda por la noche y teme la luz del día". Puede que lo
que irritase a Ferraiolo fuese el haber creído reconocer en el dios
Chernobog que vive en lo alto de un monte volcánico una representación
disneyana del Yahvé freudiano que vive en el monte Sinaí. Lo de que
Yahvé es un dios volcánico no es una invención de Freud. Está en
diversos puntos de Éxodo 19, por ejemplo en 18-20: "Y todo el monte
Sinaí humeaba, porque Yahvé había descendido en él en fuego; y el humo
de él subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremeció en
gran manera. Y el enorme ruido iba creciendo... y descendió Yahvé sobre
el monte de Sinaí, sobre la cumbre del monte".
Lo que ocurrió con Fantasía podría parecer un complot. Los empresarios
de salas no querían esa película porque no era como las otras de Disney.
El sistema Fantasound (uno de los platos fuertes de Fantasía era el ser la
primera película con sonido estereofónico) tuvo que dejarse de lado,
cuando tan sólo se habían preparado 12 equipos para instalar en las
salas, por prohibición escrita del Gobierno con la excusa de que se
necesitaban todos los elementos electrónicos para los equipos bélicos
(aunque aún no habían entrado en la guerra). Los padres se negaban a
llevar a sus hijos alegando que tendrían pesadillas o traumas y que no
estaban dispuestos a pagar el precio especial de las entradas infantiles.
Por supuesto, las recomendaciones de las iglesias estaban detrás. Los
sindicatos entorpecieron y casi impidieron el estreno. En la huelga de los
estudios Disney, que tuvo lugar en las fechas de la campaña de
exhibición de la película, los huelguistas pedían a los empresarios de
cines que no proyectasen Fantasía y a la gente que no fuera a verla. El
Vaticano, por su parte, movilizó a los críticos católicos. Se hizo ver que el
principal asesor de Disney para el evolucionismo, Julian Huxley, era ateo.
Disney tenía a ateos trabajando a su lado en el estudio.
En otros segmentos de Fantasía no faltan las referencias religiosas con
el broche final del Ave María, terminado de rodar apenas unas horas
antes del estreno. Pero incluso ese broche se suaviza incluyéndose en un
sentido general simbólico y mitológico como el resto de la obra, llena de
centauros, hadas del rocío, dioses griegos y un enorme demonio que no
se presenta como el Demonio sino como Chernobog ("dios negro"), un
dios de la mitología eslava. Es muy significativo que Disney desechara un
boceto de uno de sus colaboradores en el que una enorme cruz triunfaba
al amanecer sobre el "monte Pelado" de Chernobog.
En el Ave María vemos a creyentes, con velas en las manos, recorriendo
en procesión un bosque que recuerda una catedral. Y de nuevo aquí
Disney eliminó la catedral auténtica, cuyos bocetos pueden verse en el
libro de promoción editado en 1940 por Random House Ave María, an
Interpretation from Walt Disney's Fantasia, sustituyéndola por un bosque
copiado del "bosque gótico" pintado a finales del siglo XIX por Walter
Leistikow. Lo que le valió a Disney acusaciones de panteísmo. Tan solo
aparece una pequeña ruina romántica, un arco roto de una iglesia del
pasado destruida. Muchos creyentes se sintieron ofendidos y se sienten
ofendidos, como el ya citado Perucci Ferraiuolo, que en su Disney and the
Bible: A scriptural Critique of the Magic Kingdom escribió: "The
presentation of Ave Maria Was an affront to Roman Catholics" ("La
presentación del "Ave María" es una ofensa a los Católicos".
En la última página de su libro de 1940 Walt Disney's Fantasia Deems
Taylor cuenta que en el esquema previo de la eswcena la procesión
pasaba sobre un puente y las aguas reflejabana una pálida cruz. También
ésta fue elimanada. Así como la imagen de la Virgen entre nubes que
debía cerrar la película. Es posible que en un primer momento Disney
quisiera darle a Fantasía un contenido religioso claramente cristiano,
pero sabía que tenía que buscar el conseso de espectadores de todo el
mundo y hacer una película universal, elimiando los contenidos evidentes
de una determinada creencia. Vemos a los creyentes, pero el objeto de
sus creencias está sugerido y sólo evidenciado por la letra de sus
cánticos. Está en sus mentes. La última frase del libro de Deems Taylor
refleja el tono simbólico adoptado finalmente: "Una vez más el poder de
la vida y la esperanza había triunfado sobre la presencia de la muerte y la
desesperación".
Tras la muerte, simbolizada por un bosque negro, de lo alto nos llega