Mi primera publicacion DIBUJOS_ANIMADOS | Page 15

favor de todo lo que es bueno para la familia y para nuestro pueblo. Me siento privilegiado por haber tenido el placer de ser miembro de DeMolay"). El 15 de junio de 2002 la Orden DeMolay publicó un artículo en Internet con estas declaraciones y dos fotografías de Disney, en traje ritual, asistiendo a esa convención. Con sus preceptos los miembros de la Orden pretendían, y pretenden, preparar a los jóvenes para que ocupen puestos de liderazgo. Como en los otros grupos masónicos, los miembros se apoyan mutuamente e incluso se facilitan trabajos. No sabemos si otros miembros de la Orden fueron admitidos en los estudios Disney. En su lista de medio centenar de miembros famosos los DeMolay incluyen tan solo a Mel Blanc del mundo de la animación y a John Wayne y Burl Ives del mundo del cine y, más o menos relacionado, al premio Nobel John Steinbeck. Aparte de su ideología conservadora se ha criticado a las películas de Disney por su violencia y por provocar pánico a los niños con personajes como la bruja de Blancanieves. Pero esto era habitual en el mundo de los cuentos infantiles mucho antes de que Disney llegara. ¿Qué decir del grabado de Gustave Doré del ogro degollando a sus hijas, para ilustrar "Pulgarcito" de Perrautt? ¿Y de cuentos como "Barba azul"? Disney descubrió, no sé si con Los tres cerditos o incluso antes, que la mejor forma de mantener la atención y la tensión del espectador es una amenaza de muerte y el tratar de escapar de ella, y ese ha sido el tema principa! de sus películas. El miedo a la muerte es la mayor fuente de emociones de los humanos y genera grandes negocios, como bien saben los empresarios de pompas fúnebres y todas las religiones y sectas religiosas. La Muerte es nuestro mayor enemigo y todos Ios políticos saben muy bien que tener un enemigo común logra la cohesión teóricamente imposible de todas las gentes, por muy distintas y encontradas que sean sus ideas. Para Disney eso significaba que podría tenerlos a todos sentados en las butacas de los cines. Los sentimientos de rechazo que generaban los villanos asesinos de Disney eran esenciales para el buen funcionamiento de su empresa. Y Disney no fue tan conservador como sus detractores nos quieren hacer creer. En Fantasía Disney apuesta por Laplace y el Evolucionismo de Darwin en su Consagración de la Primavera, aunque sin atreverse a entrar en la llegada del hombre, y se despega abiertamente de los creacionistas y las ideas tanto protestantes como católicas de la época sobre el nacimiento del mundo y de la vida en la Tierra. La escena del pez generando patas y saliendo a respirar es definitiva, al igual que la presencia de un dinosaurio con plumas. Es cierto que la película se detiene con la desaparición de los dinosaurios sin haber mostrado ningún mamífero y que, a continuación, nos presenta una extraña invasión de aguas renovadoras que podrían sugerir un "diluvio" e inconscientemente asociar a los dinosaurios con el término conservador de "antediluvianos", pero esto no es sino una astuta maniobra para dejar contentos a todos sus potenciales clientes o espectadores y evitar el rechazo y el ausentismo a las salas. Lo cierto es que, según cuenta John Hubley y podemos leer en la página 126 del libro Walt Disney's Fantasia, de John Culhane (1988), Disney tenía previsto incluir el origen del hombre pero tuvo que ceder ante las amenazas de los creacionistas de boicotear la distribución de la película. Disney no podía permitirse el lujo de enfrentarse abiertamente a las iglesias y perder así una parte de su público, es decir, de sus ingresos de taquilla. De igual modo tuvo que ceder a las presiones de los puritanos por imposición del Código Hays y poner sujetadores a las centauras de la Pastoral. Aún así una gran parte del público le dio la espalda y se negó a llevar a sus hijos a ver ese espectáculo de "magia negra", según lo calificaban los grupos religiosos. Según cuentan Jorge Fonte y Olga Mataix en su libro Walt Disney. El universo animado de los largometrajes 1937-1967, el Vaticano envió varias cartas de protesta al Estudio por la defensa de las teorías evolucionistas de Darwin sin que se mencionara en ningún momento en