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-¿Y ahora?-Preguntó el más alto.
-Sólo nos queda esperar...-Contestó la única mujer del trío.
-Ya contacto a un uber.-Dijo el otro, sacando su teléfono.
-¿Uber, enserio? ¿En esta parte de la ciudad?-Contestó el otro.-¡Apenas y
salimos en el puto google maps quieres llamar un uber!
-Ahm, sí.-Aceptó el moreno sin muchos titubeos.-Al menos estoy tratando de
que no regresen caminando y los violen en el camino.
El más alto sólo calló, le habían dado en el punto. Poco después de que los tres jóvenes encontrarán uno de los taxis colectivos del centro de Amare subieron y algo agitados trataron de relajarse, estabanempapados y temblorosos, incluso aquello pareció molestarle a los otros dosindividuos en el vehículo. Limpiaron lo empañado de los vidrios y miraron la tormenta torrencial que caía sobre el pueblo, era extraño, nunca habían presenciado una tormenta comoesa en años, era extraño.
Los truenos y relámpagos comenzaron a caer mientras el vehículo se movía con prontitud, tratando de no chocar. Los pasajeros de enfrente se mantenían en silencio y la única mujer castañeaba sus dientes, tiritando de frío y sollozando Suavemente. Sus acompañantes trataron de darle calor al abrazarse entre ellos. Notaron que la velocidad del auto disminuyó, mirando extrañados como una neblina suave y ligera comenzaba a llenar el paisaje, conforme avanzaron la neblina se hizo densa y totalmente gris, impidiendo la visibilidad. En la noche, lluviosa y silenciosa, un par de gritos desgarradores irrumpieron en la tranquilidad del pueblo de Amare. Y hasta ahí es donde se queda la versión más coherente de las autoridades del pueblo y de los habitantes en general. De ahí en fuera, todo se vuelve raro. Había estado leyendo muchas teorías de las típicas páginas de conspiraciones, que illuminatis, que reptilianos y aliens o ya de plano que era un fraude.
Pero había algo en lo que todos coincidían y eso era que nadie volvió a ver a los que estaban en ese taxi. Muchas búsquedas se hicieron, tanto de los pueblerinos como del gobierno, pero ninguna dio resultado. Sobre todo porque ninguno de los dos sabían dónde empezar a buscar bien