Antioxidantes
Estos previenen el daño oxidativo en las células corporales, tales como: vitaminas A, E, C, selenio, licopeno (pigmento rojo de jitomates) y beta-caroteno. El licopeno es un antioxidante muy eficaz y es una posible protección frente al cáncer, el cual desaparece ante el calentamiento, por lo que se recomienda comerlo crudo.
El color intenso de frutas y vegetales es un buen indicador de fitoquímicos. Así, se debe consumir de 5 a 9 raciones de frutas y verduras al día,para dar un buen efecto protector. El consumo regular de col, brócoli y otros vegetales, resulta en una reducción en el riesgo de presentar cáncer gastrointestinal y del tracto respiratorio. Las personas que consumen tres o más porciones POR SEMANA, reducen el riesgo de padecer cáncer en 41%.
Cereales
La dieta de cereales y sus derivados se asocian a un menor riesgo de cáncer de colon y recto. Así, los alimentos ricos en hidratos de carbono, al ser fuente de fitoestrógenos (un tipo de fitoquímicos), pueden actuar como protectores.
La alimentación, la polución, el sol y una gran variedad de compuestos físicos, químicos y biológicos) condiciona nuestras posibilidades de desarrollar un cáncer.
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